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Vecinos de un solar en La Habana que perdieron sus casas tras el paso del huracán Ian lamentaron que las autoridades locales los mantengan viviendo en pésimas condiciones.
"Vinieron hasta dos fiscales, pero nada de ayuda nos están dando. Solo muela y seguimos en las mismas, sin techo", explicó Maikel Torres Hernández, residente en el solar ubicado en calle I entre 9 y 11, a la agencia de noticias independiente CubaNet.
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La casa de Torres Hernández fue una de los que más daños recibió con el paso de Ian, ya que una pared colindante se vino abajo y destruyó el techo de su casa, dejándolo sin vivienda y sin pertenencias.
"Lo perdí todo, menos el frío [refrigerador]. Estoy sin techo. Vivienda vino y tumbó lo que pudo, pero ahora dice que hay que esperar a que terminen con la gente de Pinar del Río. ¿Tengo que llevar las cuatro paredes para Pinar, para que me arreglen la casa?", preguntó.
En esa misma situación se encuentra Julio López Bilbao, vecino de ese solar desde hace m´s de 50 años y quien ha visto pasar a más de un funcionario prometiendo ayudas que nunca llegan.
"Nadie ha hecho nada porque no hay presupuesto y primero está Pinar del Río. No sé quién será, pero alguien tiene que estar mintiendo en televisión”, aseguró.
Teresa Calvo Rivero mencionó que su padre espera desde 2016, cuando se desplomó el techo del cuarto donde vive, a que la dirección de Vivienda en el municipio lo arregle.
"Están esperando a que se muera porque no hay solución", dijo. "Si yo tuviera dinero, lo arreglara; pero es que no tengo".
El ambiente de decepción de estos cubanos y la sensación de abandono por parte de las autoridades de La Habana es evidente en sus palabras, por ello no escatiman en palabras para criticar a aquellos funcionarios que prometen y no cumplen.
"La revolución dice que nunca ha desamparado a nadie y uno está desamparado en estos momentos", finalizó uno de los damnificados.
Aunque los vientos del huracán Ian, superiores a los 200 km/h, destruyeron fundamentalmente el fondo habitacional de Pinar del Río, en La Habana, por el estado de deterioro de muchos edificios.
En la capital hubo 1,297 viviendas dañadas, de las cuales 38 fueron derrumbes totales y 138 parciales. La mayoría de las afectaciones fueron en techos, con más de 900, según datos oficiales.
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