La actual campaña de siembra de frío, responsable de garantizar la mayoría de los cultivos de ciclo corto enfrenta atrasos en la Isla de la Juventud por la escasez del combustible diésel para la roturación de suelos y los eventos hidrometeorológicos adversos, según autoridades cubanas
La etapa óptima para la siembra de cultivos varios como viandas y verduras abarca de septiembre a marzo y al cierre de ese primer mes, las siembras sólo se habían cumplido al 77,0 por ciento; de las viandas sólo quedaba una cuarta parte por sembrar, según informe de la viceintendencia del Consejo de la Administración Municipal que atiende la actividad citado por la ACN.
Los atrasos también se relacionan con el déficit de semillas, especialmente de yuca, boniato y malanga.
Aunque en general el cultivo de hortalizas y frutales superaba el 70 por ciento al cerrar septiembre, las autoridades reconocieron atrasos en la siembra de coco, mango, guayaba, frutabomba y piña por falta de posturas de producción local.
En la reunión del Consejo de la Administración Municipal de Isla de la Juventud, en sesión extraordinaria, se dio a conocer que las semillas necesarias para las nuevas plantaciones de maíz y arroz están listas, aunque no así el imprescindible paquete tecnológico, que garantiza su desarrollo fisiológico y rendimientos aceptables.
Sin aportar mayores datos, las autoridades locales culparon al embargo comercial de Estados Unidos a Cuba por la imposibilidad de “concretar” el programa de cítricos.
Aunque están lejos de los resultados esperados, el intendente Adiel Morera Macías exhortó durante la reunión a lograr la soberanía alimentaria y a garantizar la entrega de 30 libras de viandas, granos y frutas por mes a cada uno de los 83 mil habitantes del municipio especial.
A inicios de septiembre, la industria alimentaria en la Isla de la Juventud se propuso elaborar alimentos que no dependan de la harina de trigo, como el casabe (yuca rallada), para mitigar la demanda de pan.
En los últimos meses satisfacer esa demanda se ha visto afectado por la escasez de materias primas en el país, donde varios territorios se han quedado sin opciones (La Habana), o han tenido que recurrir a sucedáneos para paliar las carencias (Las Tunas, Santiago de Cuba y Sancti Spíritus).
El pasado año fue uno de los peores para la agricultura de la última década, cuando 180 empresas cerraron el año con pérdidas por encima de los 9,000 millones de pesos (unos 90 millones de dólares al cambio oficial de ese momento).
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