Las autoridades cubanas intentarán reanimar el programa de agricultura urbana como una forma de enfrentar la escasez de alimentos que padece el país.
En el balance nacional de este programa, que tuvo lugar este lunes, el primer ministro Manuel Marrero Cruz llamó a que se diseñen acciones gubernamentales, políticas, empresariales y técnicas, que permitan utilizar el potencial de la agricultura urbana en la producción de alimentos para la población, informó el medio oficialista Cubadebate.
El funcionario lamentó que todavía hoy las potencialidades de este programa, creado en 1987, no hayan sido suficientemente explotadas y llamó a desarrollarlo en el marco de la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional.
Marrero dijo que las parcelas y patios deben asumir formas más eficientes de gestión económica y productiva, “dignificar” las unidades de producción de alimentos, y alcanzar una mayor incorporación de áreas.
En la actualidad, según cifras oficiales, un total de 12,640 hectáreas pertenecen a este programa que cuenta con más de 1,117,000 unidades entre patios y parcelas.
Además, en el pleno se informó que en ocasión del 35 aniversario del programa, creado un 27 de diciembre por el general Raúl Castro, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) acaba de instituir esta fecha como Día del Trabajador de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar.
Pese a los altos precios y la escasez de alimentos en Cuba, hace unas semanas trascendió que el gobierno cubano ha invertido más en hoteles, restaurantes y actividad inmobiliaria que en sectores básicos como la agricultura durante 2022.
El régimen destinó este año a agricultura, ganadería y silvicultura 1,218.1 millones de pesos (2.6 % del presupuesto), que a pesar de ser superior a los 1,039.0 millones del pasado año, esta última cifra representó un porcentaje mayor del presupuesto anual (3.0 %).
Al respecto, el economista cubano Pedro Monreal considera preocupante que, en medio de una situación de inseguridad alimentaria, el peso relativo de la inversión agropecuaria se mantenga estancado a un nivel muy bajo de 2.6 %, 13 veces menor que el peso relativo de la inversión en servicios empresariales e inmobiliaria (33.5 %).
El economista llamó la atención sobre un reciente anuncio del régimen cubano que afirmó que promover el uso de la tracción animal incidiría en una mayor soberanía alimentaria.
“La narrativa que considera el incremento de la tracción animal como factor de soberanía alimentaria desvía la atención respecto a que existe una política cuestionable de prioridades de inversión que penaliza la agricultura”, subrayó el experto.
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