Productores de vino artesanal en Guantánamo venden a 350 pesos cubanos (CUP) cada botella de esa bebida alcohólica ante la escasez de materias primas.
Elaborados a partir de frutas y cereales como el marañón, la piña, la guayaba o el arroz, las bebidas fermentadas se comercializan a través del Club Villa Guaso, único de su tipo, y que recientemente organizó un festival en la provincia más occidental de Cuba.
Tomás Pala García, presidente del club, explicó al periódico oficialista Venceremos que a pesar del incremento del precio, los consumidores son fieles con un producto que tiene "buena aceptación".
Aunque técnicamente no se puedan calificad de vino, ya que este solo se produce a partir de la uva, en Guantánamo se producen estas bebidas alcohólicas a partir de la fermentación del azúcar que poseen estas frutas y cereales, algo que ocurre también en otros países del mundo.
Sin embargo, como la elaboración de estas bebidas fermentadas no es industrial y sus niveles de producción son limitados, es imposible satisfacer la demanda de toda la población.
Cuba atraviesa una crisis general, y desde el punto de vista económico el sesgo es cada vez más preocupante para los ciudadanos, que deben pagar elevados precios por cualquier producto.
En 2019 la Empresa de Bebidas y Refrescos de La Habana (EMBER), prometió que comenzaría la producción de vinagres y vinos, que desde hacía más de 20 años no ofrecían a los cubanos.
Asimismo, causó indignación la veta de vino seco, utilizado par la cocción de alimentos, en casi 30 CUC (antes de que se unificara la moneda con la Tarea Ordenamiento).
Este año, ante el déficit de botellas para envasar el ron de producción nacional, utilizaron botellas de aceite, lo que generó opiniones negativas en la población.
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