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El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel viaja rumbo a Argentina para participar en la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se celebrará el martes próximo.
Así lo anunció este domingo vía Twitter el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba, a través de un video en el que habló de la disposición del régimen cubano para “revitalizar” este mecanismo de integración que no acaba de cumplir su objetivo de reforzar y potenciar las dinámicas sociales y económicas de latinoamerica, y que enfrenta enormes desafíos en una convulsa región cuyas democracias se debilitan.
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“Queridos compatriotas, en unas horas estaremos en Argentina, la tierra del Che y la cuna de otros grandes amigos y hermanos, de admirados próceres, políticos, intelectuales, artistas y deportistas”, dijo Díaz-Canel mirando a la cámara luego de recorrer un despacho y firmar un documento, algo que en la primitiva comunicación del régimen debe ser considerada la imagen que proyecta un estadista.
Primero entre los mandatarios del llamado eje bolivariano en ratificar su presencia en la reunión, el gobernante designado por Raúl Castro girará en torno a los 15 ejes y más de 60 actividades contemplados en el Plan de Trabajo elaborado por Argentina como parte de su presidencia Pro Tempore del organismo durante el año 2022.
“Vamos porque el día 24 de enero sesionará en la entrañable Buenos Aires la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la indispensable CELAC, un mecanismo de integración que tenemos el deber y la oportunidad de revitalizar”, enfatizó Díaz-Canel.
La Cumbre, que sesionará el 24 de enero en el hotel Sheraton de Retiro de la capital argentina, pretende que los países miembro de la CELAC avancen “desde una agenda pandémica hacia una agenda post pandémica”, priorizando “la recuperación social, económica y productiva… con un enfoque integral, teniendo como horizonte la reducción de brechas y la equidad de género”.
“Aspiramos a que la unidad en la diversidad, principio clave que compartimos, nos permita actuar como una sólida familia regional para promover y proyectar América Latina y el Caribe en la discusión de la agenda global”, afirmó el gobernante cubano leyendo atentamente las líneas del teleprompter.
A pesar del esmero de los jefes de prensa del Palacio de la Revolución, su actual inquilino no perdió la oportunidad de demostrar sus “dotes oratorias” mientras leía la sencilla alocución. Aunque se trataba de un mensaje grabado, los responsables de comunicación -esa en la que tanto insiste el primer secretario como herramienta clave de la “revolución”- no pudieron conseguir un producto final sin errores.
“Estaremos de vuelta a la patria para celebrar juntos los 170 años del Apóstor (sic) y retomar las tareas cotidianas siempre desafiantes. Un saludo a todas y todos”, concluyó el gobernante anunciando su regreso a La Habana antes del 28 de enero, teniendo en cuenta el tiempo que necesita la diplomacia del régimen para pasearle por foros paralelos mientras la primera dama soluciona sus urgencias de vestidor.
De esa forma, el Foro Argentino para la Democracia en la Región -que denunció ante las autoridades de justicia en Buenos Aires al gobernante por crímenes de lesa humanidad en Cuba (junto a los dictadores Nicolás Maduro y Daniel Ortega)- será una piedra en el camino que no impedirá que el Dr. Díaz-Canel arroye por Caminito, ni que aterrice en el Boing de CONVIASA en los predios de Alberto Fernández, que antaño fueran de la inefable Cristina Fernández de Kirchner, y más atrás de su marido Néstor, artífice junto a Lula, Evo, Hugo y Fidel de variopintos foros de la izquierda latinoamericana.
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