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El gobierno cubano subió el precio minorista de la papa a 11 CUP la libra para no generar pérdidas ni subsidios al presupuesto del Estado por su producción y comercialización, según resolución difundida este miércoles en la Gaceta Oficial.
El Ministerio de Agricultura, a través de la Resolución 5/2023, fijó en 11 pesos la libra el precio único para la venta regulada de la papa en Cuba, casi el doble de lo que valía en 2022, tras margen comercial mayorista de este alimento que se comparte entre las partes de mutuo acuerdo.
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La resolución también estableció el precio de acopio en el campo de la papa, cosechada con semilla multiplicada nacionalmente, a 19,261.64 pesos la tonelada; es decir a 886 CUP el quintal, aunque la tonelada del alimento obtenido de semilla importada valdrá 15,174.52 CUP o 698 CUP el quintal.
El nuevo precio minorista de la papa representa casi el doble de lo que costaba en 2022 ese producto de temporada y de venta regulada en la isla.
El gobierno de la isla justificó esa exponencial subida de precios con los gastos del cultivo y almacenamiento del tubérculo, considerado como el alimento salvador de la mesa de los pobres.
En febrero de 2022, el Ministerio de Finanzas y Precios actualizó tanto el precio de acopio –aquel que el Estado paga al productor- como el de venta minorista de este alimento.
Para la venta minorista, el precio de la papa pasó de 3 pesos la libra, a 5 pesos (en el caso de la papa fresca) y a 6 pesos (en el caso de la conservada en frigorífico).
En esa ocasión se trató de la segunda subida del precio de este producto decretada por el gobierno desde que entró en vigor el llamado “ordenamiento económico” el 1 de enero de 2021. Anterior a esta fecha, el precio de venta minorista de la papa era de un (1) peso la libra.
La subida decretada a finales de febrero de 2021, triplicaba el precio de venta del tubérculo, dejándolo en 3 pesos la libra. En 2022, ese precio se incrementó hasta 6 pesos la libra (en el caso de la papa almacenada en frío) y en este 2023 se vuelve a subir casi el doble, en comparación con el del año anterior.
La decisión gubernamental de subir precios en 2022 la ampararon con el encarecimiento de los insumos agrícolas para lograr las cosechas, costos que deben asumir los productores, así como los gastos adicionales de empleo de trabajadores.
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