El campo cubano producirá menos papa de lo previsto porque los apagones han afectado el riego de los cultivos, según explicaron autoridades del sector agropecuario del país.
Así lo reconoció al periódico oficialista El Artemiseño, Miguel Sánchez García, director general del Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal (GEAF), refiriéndose a la cosecha del tubérculo en municipios de Artemisa.
Las 280 hectáreas sembradas en Güira de Melena, San Antonio de los Baños y Alquízar no pudieron ser regadas de manera apropiada debido a los cortes de suministro eléctrico provocados por la escasez de combustible, aseguró el directivo.
“Influyó notablemente no aplicar 16 riegos debido a continuas afectaciones eléctricas, justo cuando más lo necesitaba el cultivo”, indicó Sánchez García, lamentando al mismo tiempo las lluvias excesivas que “provocaron pudriciones”.
Como resultado, en la provincia apenas se ha cumplido con el 60% de la cosecha prevista. De las 5,600 toneladas que se esperaban recolectar, apenas 3,500 han sido cosechadas, con un rendimiento de 14,5 toneladas por hectárea, inferior a lo planificado.
Si bien la información ofrecida por Sánchez García se refirió a la cosecha de papa en Artemisa, el problema de los apagones es nacional y, por extensión, podría afectar a todos los sistemas de regadíos que requieran de bombeo, así como a todos los cultivos que necesiten riego.
Sin embargo, ese análisis a nivel nacional no aparece en los medios oficialistas del régimen cubano, que se siente en todo momento justificado con el comodín del “bloqueo” estadounidense, al que pueden achacar cualquier problema, desde la escasez de combustible por falta de proveedores, hasta la ausencia de las herramientas, maquinaria y fertilizantes necesarios para faenar en el campo.
Ausente de la canasta familiar normada que reciben los cubanos por la libreta de abastecimiento, la papa ha terminado por convertirse en un lujo para las familias, a pesar de sus humildes orígenes y atributos.
La escasez del tubérculo provoca la subida de su precio y deja imágenes como las recientes colas de cientos de personas esperando la apertura de los agromercados para comprar la poca cantidad de papa que se vende en estos.
En enero de 2023, el gobierno cubano subió el precio minorista de la papa a 11 CUP la libra para la venta regulada. De esa forma, indicó, no generaba pérdidas ni obligaba a subsidios del Estado.
El incremento supuso el doble con respecto al año anterior y siguió la lógica, vigente todavía, de "eliminar subsidios y gratuidades" enunciada por el gobierno de Miguel Díaz-Canel y su fallido "ordenamiento económico y monetario".
Considerado como el alimento salvador de la mesa de los pobres, la papa está desaparecida en Cuba, un país donde el tubérculo tenía un precio minorista de un peso la libra antes de 2021 y tres años después, su precio está fijado por el Estado en 11 pesos cubanos.
Sin embargo, fuera de la venta estatal (siempre escasa), el precio de la papa que venden los comerciantes minoristas (carretilleros y demás) es de 200 pesos la libra: todo un lujo en un país cuyo salario mínimo es de 2,100 CUP y la inflación conlleva a que -por ejemplo- un cartón de huevo cueste 3,500 CUP.
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