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Problemas de transporte ocasionan serios problemas de atrasos en la distribución del gas licuado en la provincia de Camagüey, según directivos de esa empresa.
El director de la empresa de gas licuado, Wirman Bernardo, explicó este miércoles al medio oficialista local Adelante que el suministro del combustible de uso doméstico no proviene de Nuevitas, como es tradicional, sino desde Santiago de Cuba.
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Bernardo apuntó que la extremada distancia entre Camagüey y la provincia oriental hace que el rendimiento de los medios de transporte sea menor al dar menos viajes.
Si inicialmente se previó que la recogida de los cilindros se originaría los días 15, ahora por esta razón es la recepción probable podría ser desde los días 23, comentó, además.
“En todos los puntos existe la misma situación de atraso en la distribución, por lo que la recogida de los recipientes está detenida, con la posibilidad de iniciarse el jueves 23, como fecha estimada. De poder reanudarse con anterioridad, se informará oportunamente a la población”, puntualizó el directivo camagüeyano.
Los problemas de distribución del gas licuado en la isla resultan una constante en todo el país.
En agosto de 2022, los residentes en el municipio Las Tunas tenían que hacer colas diarias y apuntarse en listas para poder comprar el gas licuado en medio de la crisis de los apagones.
En un reportaje de la televisora local Visión Tunera, se expuso la situación de cientos de clientes que hacían fila desde muy temprano en la mañana para esperar por la llegada del gas.
También en septiembre de ese año, en Artemisa, la más joven provincia de Cuba, se reportó otra crisis por el insuficiente abasto de gas licuado, cuyos ciclos de venta llegaban a superar el medio año en varios municipios.
Según testimonios de clientes recogidos en un reportaje del periódico oficial El Artemiseño, el ciclo de distribución de gas licuado, para uso doméstico, sobrepasaba los seis meses en el municipio de Bauta.
Pero también ocurre así en Bahía Honda, Alquízar, Guanajay, San Cristóbal y Candelaria, donde un alto número de inquietudes de la población guardaban la misma relación, además, con la imposibilidad de abrir nuevos contratos y la existencia de un mercado informal donde el llenado de la "balita" ya rondaba los 1,000 pesos.
Además del desabasto, en octubre último el gobierno cubano informó que en los puntos de venta de gas licuado en La Habana se habían reportado hasta esa fecha robos que superaban los mil cilindros de este combustible de uso doméstico.
Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Comité Provincial del Partido en La Habana, aseguró en esa ocasión que en los puntos de venta de las balitas de gas se estaban detectando varias acciones ilícitas y las investigaciones apuntaban a que los ladrones podrían estar en complicidad con algunos trabajadores de estos establecimientos, para poder hacer la sustracción de los más de mil cilindros.
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