El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se sumó al grupo de mandatarios latinoamericanos que buscan controlar la inflación con un novedoso acuerdo comercial entre sus países, basado en la confianza y en la transparencia para intercambiar “productos sensibles”.
Argentina México, Brasil, Colombia y Cuba serían los países que integrarían el acuerdo, dibujando un nuevo esquema de “integración” regional que vuelve a juntar las voluntades de gobiernos ideológicamente afines.
“Me llamó Andrés Manuel López Obrador [AMLO] y me propuso lanzar un acuerdo con Brasil, Colombia y Cuba, que suman entre todos la mayor parte del PIB de la región, para ayudarnos con un problema que es común a todos nosotros, como lo es la inflación”, reveló este fin de semana el presidente argentino Alberto Fernández al diario Ámbito Financiero, especializado en economía.
Los detalles del acuerdo se tratarán en una cumbre entre mandatarios prevista para el 17 de marzo. Al momento de redactar esta nota, ni el gobierno ni la prensa oficialista cubana han ofrecido información sobre esta iniciativa.
El objetivo sería el de definir un esquema de intercambio de productos sensibles entre los participantes para facilitar en cada caso la importación a menor valor de aquellos que registren alzas en sus precios e influyan sobre el valor de sus canastas básicas.
La propuesta produjo “conversaciones” de inmediato. El presidente de Brasil, Luiz Inacio “Lula” Da Silva, el de Colombia, Gustavo Petro, y Díaz-Canel, fueron telefoneados por AMLO y Fernández para interesarlos en la iniciativa y programar la eventual cumbre de mediados de marzo.
“Quedamos además en que mientras tanto hablarían entre sí los ministros de cada país. En mi caso les di instrucciones a Santiago Cafiero [canciller] y Sergio Massa [ministro de Economía] para avanzar en esa línea”, detalló Fernández.
¿Cómo funcionaría el acuerdo? Según explicó el presidente argentino al mencionado medio, el mecanismo de intercambio funcionaría como “una suerte de clearing de productos”.
El clearing hace referencia a un servicio de información comercial que usan entidades financieras y empresas para conocer el historial comercial de sus clientes. En este caso, en vez de saldos bancarios, los firmantes del acuerdo podrán intercambiar productos a costes menores que los del mercado interno, en función de sus capacidades productivas.
Si Argentina registra alzas injustificadas en un rubro como la indumentaria, podría acudir a uno de los socios, como Brasil, para obtenerla a menor valor por un período determinado a cambio de otro ítem más asequible a nivel local, como podría ser la soja, explicó Ámbito Financiero.
Según este medio, los países convocados al acuerdo regional tienen en común no sólo grados de afinidad ideológica sino, sobre todo, haber sufrido de manera creciente el flagelo de la inflación.
Sin embargo, un vistazo a las estadísticas de la región deja ver otros países con alto nivel de inflación que no han sido llamados a participar del acuerdo, mientras otro como México lanza la iniciativa con una inflación en 2022 por debajo de países como Uruguay, Costa Rica, Chile y Venezuela, y un par más de naciones.
Llama la atención la exclusión de este último país en el acuerdo anunciado por Fernández, que no mencionó ninguna llamada al gobernante Nicolás Maduro en sus declaraciones.
Según el inquilino de la Casa Rosada, la idea de AMLO también resulta atractiva en la medida de que en el nuevo esquema de intercambio no es indispensable que los países participantes acudan al dólar como moneda de intercambio. No obstante, no mencionó cuál se utilizará para las transacciones.
Además, destacó que estos países reúnen a la mayor parte del producto bruto regional y reúnen un vasto entramado de producciones alimenticias, energéticas y fabriles. Algo evidente en el caso de México, Brasil, Argentina y Colombia, pero no tanto en el caso de Cuba.
Los precios de la comida, la gasolina, el gas y la energía eléctrica son los que lideran las subidas inflacionarias en la región, según un estudio de 2021 de la BBC.
En México, el aceite para cocinar dio un salto del 32% en sus precios, mientras que el aguacate y el gas doméstico también se dispararon. En Brasil, la gasolina, la tarifa de la luz eléctrica, los alimentos y el vestuario han liderado los incrementos de precio.
En Argentina los alimentos, las prendas de vestir y el calzado, junto a los costos de la salud, han empujado con fuerza la inflación; mientras que en Colombia los alimentos, el alojamiento, el agua, la electricidad, el gas y otros combustibles han contribuido a este fenómeno.
La pregunta es obvia: ¿qué puede aportar Cuba a estos países en un acuerdo de estas características, si su industria, su producción de alimentos o de energías no consiguen siquiera satisfacer las más elementales necesidades de su mercado interno?
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