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Con los precios hemos topado por culpa de quien tu sabes

La resistencia creativa continúa a galope tendido; mientras los cubanos siguen padeciendo represión y escaseces de todo tipo; incluidas luz y agua.

Venta de alimentos en Las Tunas © Tiempo 21
Venta de alimentos en Las Tunas Foto © Tiempo 21

Este artículo es de hace 1 año

A los presos políticos los llaman contrarrevolucionarios; a la crisis económica, complejidad y a la intervención estatal en la compra-venta de productos agropecuarios, precios concertados que, hasta antes de ayer, eran topados.

El comunismo de compadres conserva intacta su capacidad represiva, empobrecedora y de fabricación de palabras para ocultar el desastre generalizado en que han convertido a Cuba; culpando a Estados Unidos, la Covid, el viento de galerna y la calma chicha, los ciclones y la pertinaz sequía de las desgracias de la mayoría de sus víctimas.

Leyendo la cochambre propagandística del tardocastrismo, ningún cubano que se rebela, pese al grandioso esfuerzo educativo de la revolución, consigue pensar por si mismo, solo es un mero instrumento de Washington.

En el haber de la invención comunista hay multitud de disparates como llamar generación distribuida a los irrentables grupos electrógenos; asegurar que avanzan mientras el enemigo se duele; bautizar de Abastecimiento a la sexagenaria Libreta de racionamiento; nombrar a la bicicleta como medio de locomoción más revolucionario de la historia porque no tiene marcha atrás o aquel titular memorable sobre un partido de fútbol: Cuba dominó, pero Guatemala ganó.

La fatiga se hace evidente en los exégetas, componedores de batea y gusañeros al servicio de la casta verde oliva y enguayaberada, que sigue sin compartir con los cubanos las fatigas de cola para comprar alimentos malos y caros y la angustia de no tener un medicamento para curar a un familiar enfermo.

El penúltimo invento de los piratas del Caribe son unas gotas homeopáticas para sacar muelas sin anestesia; ocurrencia que recuerda al Noni, el veneno de alacrán, el PPG o el plátano burro con microjet aéreo, que produjo la mariquita más cara del mundo.

Cuando los Melquíades de turno -limosneros del pan con na- se quedan sin argumentos; entonces acuden al viejo adagio: mal de muchos, consuelo de tontos; aludiendo a las injusticias sociales en Estados Unidos y Europa; donde no ha habido revoluciones de los humildes, para y por los ídem; solo libertad y capitalismo.

Otro invento reciente fue la autonomía municipal, que ayudaría -dijeron- a resolver los problemas, pero debe estar aún en fase de ensayo y experimentación porque Las Tunas y Villa Clara acaban de volver a topar precios para seguir igualando a los cubanos en la pobreza y dependencia crónica del estado fallido y verticalizado.

La carencia cónica de íntimas es un obsequio permanente del tardocastrismo a las mujeres cubanas en edad fértil, que han tenido que volver al trapito lavado con lo que se consiga y vuelta a usar al mes siguiente; alimentarse deviene acto heroico cotidiano y curarse una misión imposible.

El peor gobierno para el peor momento de Cuba, e incapaz de ponerse de acuerdo en casi nada, excepto en conservar el poder a cualquier precio y viviendo en la perenne potencialidad, que si el turismo, que si la inversión extranjera y que si la agricultura urbana, suburbana y familiar; mientras jinetean a la emigración, sus familias rehenes y a los médicos que alquilan a medio mundo.

Pero el tardocastrismo no para de inventar; mientras asegura que el enemigo acecha al general deterioro, quien realmente manda en Cuba.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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