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El Ministerio del Interior (MININT) afirmó este martes que Cuba tiene la "policía más humana" desde 1959, mientras que en los medios independientes y las redes sociales proliferan las denuncias de brutalidad por parte de los agentes del régimen.
"Desde hace 64 años, Cuba tiene la policía más humana que desterró para siempre los vicios y males del pasado, que eran apañados por esbirros asesinos y corruptos. Con la fuerza del pueblo. Creo en ti", escribió el órgano represivo en su cuenta de Twitter.
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Con el lema #CreoEnTi, el MININT ha creado una campaña para intentar difundir una imagen más amable de la policía y transmitir confianza en los oficiales, un hecho que involucra mucho cinismo cuando los actos violentos perpetrados por ellos generan cada vez más desconfianza en la población.
Arrestos violentos acompañados de golpizas, represión con tonfazos, injurias han acompañado los actos de la policía contra cubanos.
Una semana atrás se denunciaba la detención atroz de un vendedor de cigarros en La Habana.
En un video del arresto violento se muestra cómo el vendedor es reducido a la fuerza y con golpes por dos oficiales a la vista de quienes se encontraban en el lugar.
A lo largo y ancho de la isla trascienden con cierta frecuencia escenas similares. En Holguín, presuntamente un policía golpeó a una menor de 14 años.
En la evidencia gráfica circulada en redes se escucha gritar y llorar a la adolescente y a una persona decir a gritos contra dos policías “es una menor de edad, no le hagan eso, (…) asquerosos, Patria y Vida porque nos están matando”.
En Ciego de Ávila, un joven cubano fue golpeado por una pareja de oficiales que gritaban "Yo soy Fidel".
El hecho violento ocurrió en la Plaza Camilo, en el municipio Ciego de Ávila, cuando dos policías le gritaron a un joven y le propinaron severos golpes al llevarlo a la patrulla.
Ante cualquier indicio de actitud "sospechosa" o ante reclamos legítimos de ciudadanos que de forma pacífica exigen sus derechos, la policía responde con violencia y los testimonios desmienten el pretendido lado "humano" de la policía en que insiste el régimen.
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