El gobernante Miguel Díaz-Canel afirmó que no se imagina a Cuba sin la fuerza moral de su Partido Comunista y sin la organización, planificación y preocupación constante de su gobierno.
El sábado, en su discurso pronunciado en la clausura de la X Legislatura de la Asamblea Nacional, el mandatario aseguró no se puede olvidar que los enemigos de la "nación" cubana apuestan a fracturar la unidad nacional y separar al pueblo de su gobierno.
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"A que nos cansemos de insistir, a que bajemos los brazos, a que creamos que es preferible el camino de la rendición a resistir creativamente. Pero la opción de rendirnos fue borrada del ADN de los cubanos. Y no por capricho, porque nos plazca el sacrificio...", dijo.
"En lo personal, no me imagino a Cuba sin la fuerza moral de su Partido", añadió, obviando la profunda crisis de credibilidad que atraviesa el Partido en la mayoría del pueblo, en particular en los jóvenes.
Díaz-Canel expresó que el plan de los enemigos del país es que no se pueda gobernar, que haya una inseguridad ciudadana al punto de que "implosione la unidad nacional".
"Lo más cómodo hubiera sido abandonar la batalla, sumarse a la corriente global, renunciar a ese proyecto y 'sálvese quien pueda'. Pero elegimos el camino más difícil: el más digno", recalcó.
Acerca de la situación económica actual, aseguró que las medidas tomadas, sin llegar a los resultados esperados, indican una "muy ligera tendencia a la recuperación".
El gobernante se jactó de que Sistema Eléctrico Nacional se ha ido recuperando, y señaló que la situación en este mes es mucho más favorable que la de 2022, a pesar del aumento de la demanda.
En relación con la inversión extranjera, habló de proyectos y programas mutuos de inversión en los sectores de la energía y la agricultura, incluida la cañera, que deben materializarse en el segundo semestre de este año.
Sobre la industria turística, la más importante del país, anunció que no logrará los 3,5 millones de visitantes proyectados para el año. No obstante, subrayó que su ritmo de crecimiento debe superar todos los indicadores de 2021-2022.
A pesar de que los cubanos siguen siendo cada vez más pobres, la semana pasada Díaz-Canel dijo ante el Parlamento que su gobierno trabaja para erradicar las desigualdades sociales.
No obstante, reconoció que los delitos, la indisciplina social y la corrupción atentan contra el socialismo, la justicia social y la seguridad ciudadana.
El viernes pasado, afirmó que "ahora sí" se están discutiendo los problemas que afectan al pueblo, y que "esa tiene que ser la Asamblea Nacional que necesita el país en estos momentos".
"Una virtud que va caracterizando esta legislatura es que se están discutiendo sin tapujos y con enorme compromiso los problemas que preocupan al pueblo, ese del que somos parte y que por su voluntad nosotros estamos representando", dijo.
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