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El régimen de La Habana culpó a Estados Unidos de la venta de efectivo en el mercado informal de la isla, y de "cocinar una estrategia para estrangular la economía de la familia cubana".
Experto en evadir sus responsabilidades sobre la crisis interna, el Gobierno afirmó que Washington pretende sumar una nueva herramienta de manipulación, "una nueva jugada" , a partir de las limitaciones coyunturales con la disponibilidad de efectivo de moneda nacional en los bancos del país.
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Un artículo publicado en el diario gubernamental Granma titulado "Una tasa de cambio para el peso, ¿dictada desde EE. UU.?", dice que han proliferado ofertas "impunes y oportunistas" como «Si transfiere 30 000 pesos, puedes recibir 25 000 en efectivo» a las cuales la gente "sucumbe".
Dice que este negocio beneficia a quienes transan con la necesidad de los cubanos y que es alentado desde sitios web que elaboran «tablita de referencias», en una clara alusión al medio independiente El Toque, que monitorea diariamente el comportamiento de las divisas en la isla.
Indica que la información de este medio sobre los valores de las divisas que evidencian la caída del valor del peso cubano, tiene el "único afán de sumar zozobras" ante "las capacidades adquisitivas reales de la familia".
El régimen no asume su responsabilidad en la inflación disparada a raíz de su política de Unificación Monetaria, ni de la reciente bancarización de la economía que tiene a miles de trabajadores sin poder acceder a sus salarios ni efectivo, en un país donde la mayoría de las cosas que se consumen se adquieren a través del mercado informal.
La víspera decenas de personas se aglomeraban en los bancos asegurando que querían su efectivo, sus salarios, y que tenían hambre.
Esta semana el Banco Central de Cuba advirtió a la población que la venta de pesos en efectivo que se ha abierto paso recientemente en el mercado informal es ilegal.
Empeñados en llevar adelante una medida que no acaba de ser entendida ni aplaudida por la población, los medios oficialistas y dirigentes cubanos no pierden la ocasión de celebrar los “beneficios” del proceso de bancarización emprendido tras la aprobación a comienzos de agosto de la Resolución 111, y de atacar las nuevas vías de adquisición de efectivo que han encontrado los cubanos desesperados.
La medida, aprobada en un momento crítico con la disponibilidad de efectivo en las entidades bancarias de Cuba, no hizo sino agudizar esta crisis y crear incertidumbre en una población a la que se le limitó a 5,000 CUP la extracción de efectivo diario.
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