Una doctora cubana denunció que su hermana falleció por una negligencia médica en el hospital municipal de Placetas, Villa Clara.
Regla Ocenes, especialista en Ginecología y Obstetricia, relató en Facebook todo lo que le sucedió a su hermana de 62 años el pasado jueves 14 de septiembre, y concluyó que "no fue que la dejaron morir, sino que la mataron".
Según Regla, ese día, sobre las 8:00 am, la anciana fue a la institución con vómitos y diarreas, después de haber comido el día anterior un flan que al parecer le había caído mal.
En el cuerpo de guardia los médicos le indicaron análisis complementarios, y uno de ellos mostró que tenía la glicemia en 15.7 ml/I. Le inyectaron insulina y le orientaron ir para su casa y tomar agua.
En el transcurso del día volvió al centro dos veces más y le dijeron lo mismo.
"La cuarta vez que acudió a dicho lugar la acostaron en una camilla, le repitieron la glicemia que dio 12ml/I. Sobre las 9:00 pm llama a la enfermera diciéndole que la ayude y tome su presión arterial porque se siente muy mal. La enfermera le dice que se siente en la camilla, cayendo en paro cardíaco; en ese momento es que canalizan la vena y la entuban, luego de llamar al intensivista, no saliendo nunca del paro cardíaco", detalló.
Dados los conocimientos de Regla, ella opina que su hermana presentaba un debut de la diabetes. Como ni la enferma ni su esposo saben del tema, no la llamaron a ella, que vive en Santa Clara, y cuando se enteró de todo, ya su hermana había muerto.
Al llegar al hospital, habló con los doctores y enfermera que la atendieron, y esta le dijo que seguro nunca le canalizaron la vena porque había pocos equipos de venoclisis. Sin embargo, su cuñado le dijo que "vio a un médico que guardó un equipo de venoclisis en el bolsillo", subrayó.
"Yo soy médico gineco-obstetra y mi hija es médico de la familia, sabemos que una diabetes con ese debut se ingresa, se canaliza vena y se pasa electrolitos y líquidos con una vigilancia estrecha del paciente. Como médico no malgasto los insumos médicos pero tampoco los ahorro, el que los necesite se los brindo porque cualquier paciente se puede complicar y morir", afirmó.
En opinión de esta doctora, su hermana falleció por falta de atención: "no fue que la dejaron morir, sino que la mataron".
"Todo médico que se respete no ahorra ni niega insumos médicos poniendo en peligro la vida humana. Y creo que el médico que no esté preparado para atender pacientes debe irse a ejercer a otra profesión donde no dañe ni mate a nadie", recalcó.
Regla reveló que no se quejará ante los niveles superiores de Salud porque ya su hermana está muerta y no vale la pena, pero que tampoco aceptará ninguna llamada de ningún dirigente del sector.
"Los responsables de la mala situación de la Salud pública en nuestro país, los médicos mal preparados que están dañando y matando pacientes tienen otra carga más en su conciencia, porque sé que mi hermana no es la única víctima", lamentó.
Esta semana, un residente de Matanzas denunció la muerte de un joven por leptospirosis debido a una negligencia médica en el hospital del municipio Colón, donde vivía.
Omar Sánchez relató que el muchacho fue varias veces al hospital con fiebre alta y los médicos solo le decían que estaba incubando un virus, como si fueran "adivinos". Cuando le detectaron la enfermedad era tarde. Murió de un paro cardíaco.
A finales de agosto una joven madre de dos niñas gemelas de dos años falleció por presunta negligencia médica en Matanzas.
Una persona cercana a la víctima relató en Facebook que el deceso ocurrió en Playa Larga, cuando la víctima se operó para quitarse una adherencia de la ligadura de trompas y le perforaron el intestino. La mandaron para su casa y cuando volvió al médico, ya no había remedio.
Por esos días, una cubana denunció otro presunto caso de negligencia médica en el policlínico Gilberto Marquetti, de Candelaria, Artemisa, donde un hombre falleció por un infarto.
Según su hija, Susan Aportela Parra, su papá llegó al policlínico con un dolor precordial y a ningún médico se le ocurrió pensar que tenía un infarto.
Tampoco había papel para hacerle un electrocardiograma y finalmente determinaron que tenía osteocondritis, una enfermedad articular.
"El hombre más comunista y revolucionario que he conocido y muere de la peor forma que puede morir una persona que ha dejado su vida esperando que la revolución algún día se levante y cambie", lamentó la mujer.
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