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El gobierno cubano prometió que el 2023 sería mejor, pero las palabras de los dirigentes políticos no se han cumplido y estamos a pocos meses de cerrar el año.
A finales del 2022, en medio de una dura crisis energética, el gobierno comenzó a transmitir un discurso triunfalista para calmar los ánimos de la población y poner las esperanzas en la llegada del 2023, asegurando que traería mejoras en la calidad de vida de los cubanos.
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El ministro de Economía y Planificación de Cuba, Alejandro Gil Fernández, en el X Periodo Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, dijo que en 2023 habría un crecimiento del Producto Interno Bruto de cerca de un 3%.
El primer ministro Manuel Marrero Cruz respaldó el criterio optimista y hasta se quejó de que el 2022 había sido "complejo, lleno de desafíos y adversidades", pero se mostró convencido de que el "2023 será el mejor año para el país".
Sin embargo, había huecos insondables en esos discursos, momentos en los que se vislumbraba que las cosas no serían como intentaban transmitir. El propio Díaz-Canel, el primero de enero en la televisión nacional, impulsó hacia un "nuevo año sin miedos y sin dudas, siempre conscientes de que podría ser aún más difícil".
Así ha resultado ser en verdad el 2023, un período marcado por la inflación, carencias de alimentos, colapso de los servicios de salud pública, apagones, escasez de combustible, aumento de la pobreza extrema y de la represión policial contra quienes alzan las voz para denunciar lo que pasa en Cuba.
Se han cumplido los vaticinios que hicieron economistas cubanos sobre la crisis, especialmente los que Elías Amor hizo a CiberCuba a finales del año pasado. En 2023 los cubanos son más pobres porque el régimen es incapaz de facilitar la recuperación económica.
Esta semana el gobierno admitió tener carencia de créditos en divisas para garantizar los alimentos de la canasta básica normada de la población. Desde hace meses los cubanos no toman café en sus hogares, son irregulares las ventas del arroz, los granos y casi nula la de aceites comestibles.
Gil Fernández, se escudó en que la "economía está en una situación compleja" por la crisis mundial, la subida de los precios y el embargo de Estados Unidos.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, aseguró que “no están en cero de combustible”, pero vendrán más apagones en octubre por déficit de hasta 700MW. La crisis energética golpeará al país con más fuerza durante los próximos meses.
En este duro período que no es ni especial ni coyuntural, ni tiene nombre, Gil ha dicho a los cubanos en la televisión nacional que deben tener confianza en que todo irá a mejor.
"Sabemos que es complicado encontrar los alimentos del día a día, es complicado un apagón de ocho y diez horas, el tema del transporte... pero confianza, la única salida es la revolución y el socialismo", aseguró.
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