La provincia de Ciego de Ávila enfrenta una notable falta de inspectores estatales, lo que agrava el descontrol en el cumplimiento de las normativas comerciales y legislativas, en medio de la crisis de alimentos y la inflación que golpea al pueblo de Cuba.
La falta de inspectores estatales se ha vuelto una situación crítica. La ausencia de estas figuras necesarias en el régimen para mantener el control y aplicación de la ley está afectando tanto al estado como a los consumidores.
Irán Cano González, jefe de Grupo General de Inspección Provincial, dijo a Invasor que la formación de los inspectores es compleja porque deben dominar los decretos para aplicar las contravenciones si corresponde.
"Requiere tiempo prepararlos adecuadamente y ocurre que, cuando comienzan el trabajo en la calle, muchos se van. No soportan el rigor", señaló el funcionario.
La creciente exigencia en su labor y la complejidad en el dominio de la normativa vigente, ahuyentan a los nuevos inspectores. Abandonan sus cargos ante la intensidad del trabajo en las calles. Esto se suma a una insuficiente preparación que no logra cubrir, en los posibles candidatos, las demandas del puesto.
La mitad de las plazas de inspector disponibles en el municipio cabecera están vacantes, incluso después de haber capacitado a un importante número de individuos.
La Dirección de Inspección Provincial (DIP) y las autoridades locales se ven obligadas a enfocarse en labores de fiscalización directa, en la instrucción metodológica y en la formación de nuevos inspectores.
La carencia de personal representa un riesgo para la efectividad de las inspecciones que hace el gobierno. A pesar de tener pocos trabajadores han detectado miles de violaciones, resultando en multas millonarias y demostrando el descontrol que hay en el sector estatal cubano.
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