¿Por qué nos quitaron las navidades en Cuba?

Un análisis de Orlando Luis Pardo Lazo sobre la decisión que cambió una tradición centenaria.


Durante una transmisión en vivo en las mañanas de CiberCuba, el destacado intelectual cubano Orlando Luis Pardo Lazo abordó una pregunta que resuena en la memoria colectiva de la nación: ¿Por qué nos quitaron las Navidades en Cuba? Su análisis proporciona una perspectiva profunda sobre este episodio clave en la historia cubana.

Pardo Lazo inició su disertación señalando que el origen de esta transformación cultural se remonta a la instauración del comunismo en la isla. Sin embargo, enfocó su análisis en un momento específico: el discurso de Fidel Castro el 2 de enero de 1969. En esta alocución, Castro presentó lo que parecía ser una medida temporal, vinculada a la Zafra de los 10 millones, un proyecto ambicioso para impulsar la economía cubana.


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El intelectual destacó la naturaleza peculiar de Fidel Castro como orador. "Él no hacía discursos; él conversaba con el pueblo", dijo Pardo Lazo, resaltando cómo Castro, a través de un tono coloquial y humorístico, logró comunicar cambios significativos en la tradición y la política cubana.

Según Pardo Lazo, Castro utilizó la metáfora de "ponerse como los niños" para justificar la suspensión de las celebraciones navideñas. La razón dada era que, dado el enfoque en la Zafra y la necesidad de 'sacar el país del subdesarrollo', no era prudente 'desmovilizar a los trabajadores'. Así, la familia extendida de la revolución tomó prioridad sobre las reuniones familiares tradicionales.

El orador también señaló la ironía de que la suspensión de la Navidad, inicialmente presentada casi como una broma, se convirtiera en un decreto oficial. Con el paso del tiempo, celebrar la Navidad en Cuba se convirtió en un acto contrarrevolucionario, un estigma que persistió hasta la visita del Papa Juan Pablo II en 1998.

Pardo Lazo no se limitó a narrar los hechos, sino que también abordó las repercusiones sociales y culturales de esta decisión. En los años 60, muchas familias enfrentaron persecución y exclusión social por mantener las tradiciones navideñas, una clara manifestación de cómo el gobierno buscó reemplazar la identidad religiosa y cultural por la ideología revolucionaria.

El análisis concluyó reflexionando sobre cómo, tras seis décadas, ni el desarrollo prometido por las 'máquinas' de Castro ni las tradiciones robadas han sido rescatadas. Pardo Lazo cerró con una imagen simbólica poderosa: un grafiti representando a los tres Reyes Magos, destacando la inclusión de un Rey negro, en un claro guiño a la diversidad y la historia de la nación.

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