El turista ecuatoriano Esteban Guevara relató su experiencia durante un viaje a Cuba, y detalló una serie de contratiempos que, aunque no motivaron su deseo de no volver a la isla, sí reflejaron lo difícil de la movilidad dentro del país, aún para un extranjero.
Desde su cuenta en la red social TikTok esteban.andariego, el joven hizo dos videos en los que narra su experiencia en la isla, empezando por su llegada a la capital, La Habana.
“Después de cinco años decidí regresar”, aclara Guevara, donde también especifica que los ecuatorianos requieren de una visa para entrar a Cuba que se compra directamente en el mostrador de la aerolínea al momento de hacer el check-in.
Para el turista las cosas en Cuba no han cambiado mucho desde su primera visita, sobre todo el acceso al Internet, aunque bien pudiera pensarse que los locales tengan otra opinión más dura sobre la realidad del país.
“Aquí todo el mundo sabe que existen dos tipos de cambio, uno el cambio oficial que te da el gobierno y el otro es el cambio no oficial o el del mercado negro. Obviamente, cambiar en el mercado negro es la mejor opción”, recomendó el joven turista.
En una segunda parte de su visita a Cuba, dio detalles sobre las dificultades para trasladarse dentro de la isla.
“Estuvimos tres días en La Habana, queríamos ir a Viñales pero por condiciones climáticas tocó cancelarlo”, compartió el joven junto a imágenes que mostraban el deplorable estado de las calles cubanas, así como de las edificaciones de La Habana y el grave estado de insalubridad en el que viven sus habitantes, sobre todo en La Habana Vieja.
Su próximo destino fue Varadero, al cual intentaron ir en buses pero por “ser una ruta muy turística no encontramos asientos para el horario que necesitábamos”, contó, al tiempo que especificó que en Cuba funciona una sola empresa de transportación a la que pueden acceder los extranjeros, llamada Viazul.
En el principal destino turístico de Cuba, las opciones de alimentos eran escasas y mal elaboradas, según reseñó.
“La siguiente parada era la ciudad más colonial de toda Cuba: Trinidad”, donde reconoció la belleza de las playas y de los paisajes autóctonos de la zona, aunque sí aclaró “ufff, ¡qué aventura es viajar por tu propia cuenta en Cuba!”.
Experiencias como la de este turista han sido contadas, con diferentes matices, por varios extranjeros que visitan la isla.
En agosto, Yan Castedo, un viajero brasileño conocido en redes sociales como "Nómade sincero", filmó calles de La Habana.
"¡El mundo necesita saber!", se limitó a escribir Castedo en TikTok junto a un video de poco más de seis minutos en el que mostró el deterioro que aqueja a calles del centro de la capital cubana.
Castedo captó el pulso de una ciudad estresada: personas esperando transporte público o haciendo grandes colas para comprar alimentos, tanques de basura desbordados y el ir y venir de muchos cubanos en su día a día, marcado por la visible escasez y necesidades de todo tipo.
También, la turista australiana Melissa Iaria relató su experiencia durante un viaje a Cuba, y detalló una serie de contratiempos que la llevaron a jurar no volver a visitar la isla caribeña.
Para empezar, dice que no investigó los requisitos de la moneda cubana antes de su llegada, lo que resultó en una falta de fondos para sus gastos en La Habana cuando descubrió, tras una larga fila en el único cajero automático del aeropuerto, que en la isla no funcionaban sus tarjetas de crédito.
Una turista y bloguera rusa relató cómo fue su estancia de 16 días en el hotel cinco estrellas de Varadero, Iberostar Laguna Azul, una experiencia que calificó de “difícil”, y que decidió acompañar de algunos consejos para quienes estén dispuestos a afrontar una aventura similar.
“Sin propina no eres nada”, fue la primera de una larga lista de recomendaciones que la autora del blog "Viajar con una cámara" deslizó a sus lectores.
La bloguera aseguró que en Cuba "el culto a las propinas se ha elevado a una especie de nivel salvaje", y por eso invitó a dejar "dólares o regalos” por doquier como única salida para recibir un servicio mínimamente digno.
Para que cambien las toallas, limpien mejor tu habitación, te sirvan un mejor ron en tu cóctel, para que una camarera no ignore tu petición si le pides un vaso de agua, para todo la misma solución: propinas o regalos.
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