El Ministerio de Economía y Planificación (MEP) aprobó 133 nuevas mipymes con lo que elevó la cifra de negocios privados en Cuba a casi 10,000.
En 2021 el régimen legalizó la creación de micro, pequeñas y medianas empresas en Cuba. Desde entonces el gobierno ha dado el visto bueno a 9,943 mipymes, de las cuales 133 se acaban de aprobar la semana pasada.
De las últimas acreditaciones de mipymes hechas por el MEP, 128 pertenecen al sector privado y 5 al estatal, según divulgó la entidad a través de un comunicado en la plataforma de mensajería Telegram.
Las mipymes aprobadas recientemente presentan una concentración en sectores como la gastronomía, la fabricación de insumos para construcción, servicios de mantenimiento de automóviles y la programación informática, entre otros.
Prohibidas desde 1968, estas empresas han vuelto a formar parte del paisaje económico de la isla, como resultado de reformas gubernamentales que buscan estimular la economía nacional, cada vez más deprimida, con mayor inflación y generando más desigualdades en el país.
Hay opiniones divididas respecto al papel de las mipymes: mientras algunas voces las consideran esenciales para dinamizar la economía, otras señalan que sus precios elevados aumentan la disparidad social y contribuyen a la inflación creciente.
Las cifras oficiales señalan que el 19,6% de las mipymes se dedican a la manufactura y un 12% se orienta hacia la producción de alimentos y bebidas.
Este sector tiene un total de 225,000 trabajadores, de los cuales 189,000 son empleos generados tras la legalización de estas entidades.
Estos datos reflejan que el sector privado ya emplea a más del 15% de la fuerza laboral de Cuba y según el régimen, contribuyen con cerca del 14% al Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Con la implementación de las mipymes, el mercado cubano observa una diversificación de productos, algunos antes escasos o inexistentes dentro de la oferta estatal, en un contexto caracterizado por la falta de suministros.
Estas empresas, sin embargo, tienen vedada su participación en áreas calificadas como estratégicas por el gobierno, incluyendo salud, telecomunicaciones, energía, defensa y medios de comunicación.
En el modelo económico de Cuba, las mipymes coexisten con otras formas de gestión, como la empresa estatal socialista, las cooperativas no agropecuarias y el trabajo autónomo.
El gobierno también controla al sector privado. Recientemente aseguraron que regularán el precio del pollo que venden las mipymes. Señalaron que no permitirán que el valor del producto siga creciendo en momentos en que la escasez de alimentos afecta a la población.
A finales de diciembre, las autoridades cubanas reconocieron el fracaso del “ordenamiento económico”, así como la imposibilidad de alcanzar el crecimiento proyectado del 3% para el Producto Interno Bruto (PIB).
En ese momento el régimen anunció una cruzada contra algunas mipymes que no importan lo que a ellos les interesa.
“La importación masiva, de manera desordenada, de productos terminados o productos listos para la venta, más que la solución de un gran problema de cara al pueblo, ha sido una dificultad, que no nos conduce a disminuir la inflación y no nos ha conducido tampoco a disminuir los precios”, dijo el primer ministro Manuel Marrero Cruz.
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