Héctor Eduardo Tamayo Burgos, un adolescente de 17 años que se encontraba ingresado en un hospital de Santiago de Cuba sin un diagnóstico claro de su enfermedad, ha fallecido, según actualizó hace pocas horas el periodista Yosmany Mayeta citando fuentes familiares.
El adolescente estuvo ingresado durante más de una semana en el Hospital Infantil Sur Dr. Antonio María Béguez César, más conocido como “La Colonia”.
“Tamayo Burgos estaba ingresado sin diagnóstico alguno, pero después de nuestra publicación, los médicos se metieron en Terapia Intensiva, y los familiares fueron notificados que, el joven tenía una ‘infección en el cerebro’”, añadió el comunicador en referencia a un reporte previo del caso.
El menor, que cursaba el onceno grado, vivía junto a su padre en el reparto Luis Dagnes, en el Consejo Popular Altamira, pues su madre se encuentra en prisión.
En el apartado comentarios de la publicación, cientos de internautas se mostraron consternados por la muerte del adolescente, que era conocido como “Tito” por sus allegados.
Hasta el cierre de esta nota no hay otros detalles sobre las circunstancias de la muerte de Héctor Eduardo Tamayo ni tampoco sobre el padecimiento que tenía.
La activista cubana Irma Broek, cuya hermana falleció en Camagüey en el pasado mes de abril, en ese caso por una presunta negligencia médica, lamentó en una publicación en Facebook la muerte del adolescente y reiteró que el sistema de salud pública de Cuba se encuentra al borde del colapso.
“¡Otra #victima más de la #ImpotenciaMédicaCubana! ¡Cuántos días luchó este niño por mantenerse con vida! ¿Cómo es posible que los médicos no pudieron dar con el origen de su enfermedad para tratar de combatirlo debidamente? ¿Por qué hasta que sus familiares decidieron, desesperados ya, hacerlo público con la esperanza de que la presión los haría trabajar y poder salvar al jovencito, lo tuvieron en sala y no en cuidados intensivos?”, cuestionó la activista, radicada en Alemania.
“No es un secreto para nadie la mala o casi nula atención que existen en estos momentos en nuestros Hospitales, por una parte la falta de insumos y por otra la falta de empatía y empeño de los profesionales de la salud, y esto último lo digo con total firmeza”, añadió.
Broek aseveró que la mayoría de los médicos les prestan atención a sus pacientes en Cuba cuando ya es demasiado tarde.
La activista añadió que existen varias causas que llevan a una encefalitis, que parece haber sido el diagnóstico final en el caso del adolescente, que puede haber estado motiva por "una infección vírica, una inflamación autoinmune, una infección bacteriana o por picaduras de insectos, así como garrapatas o mosquitos".
"¿Qué tan difícil fue encontrar un diagnóstico para este niño? Increíble. ¿Hasta cuándo y cuántos más?", concluyó.
En un reporte previo Yosmany Mayeta indicó que Tamayo Burgos había sido admitido inicialmente en una sala de "Misceláneas" del hospital debido a la falta de camas en terapia intensiva, hasta que hicieron el traslado a la unidad de cuidados, donde permanecía en estado vegetativo, con oxígeno y otros soportes vitales.
El lamentable deceso del adolescente de apenas 17 años tiene lugar en medio de una compleja situación sanitaria en Santiago de Cuba, que enfrenta actualmente una compleja situación epidemiológica con la confirmación de la circulación de cuatro virus: dengue, influenza, oropouche y SARS-CoV-2, este último causante del COVID-19, según alertaron fuentes oficiales el pasado miércoles.
Aris Batalla, representante de la Cruz Roja en Santiago de Cuba, alertó en Facebook que la presencia de estos virus pone en riesgo a la población, la cual debe extremar las medidas preventivas en medio de una extrema escasez de medicamentos como analgésicos y antipiréticos.
A su vez, el director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), Francisco Durán, reconoció que el país no cuenta con combustible para fumigar contra los mosquitos, en medio de una creciente presencia del Virus del Oropouche en Cuba.
En ese contexto, la víspera trascendió que el hospital provincial Saturnino Lora de Santiago de Cuba se encuentra colapsado, sin camas ni recursos, para atender la creciente llegada de pacientes.
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