Un estudio reciente del Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) sobre la inseguridad pública en Cuba reveló un aumento alarmante en los niveles de delincuencia en la isla durante 2024, con un promedio de 2.37 crímenes al día.
Los informes publicados por el OCAC y citados por el medio Cuba Siglo XXI indican que, aunque no existían datos anteriores, ya en 2023 la criminalidad –robos con violencia, asesinatos, homicidios, o cualquier otra manifestación de crimen violento– empezó a ser percibida como un problema serio en el país.
En los primeros seis meses de 2024, de enero a junio, se registraron 432 delitos, lo que equivale a un promedio diario de 2.37 crímenes.
Esto representa un incremento del 152% en comparación con el mismo período del año anterior, cuando el promedio fue de 1.82 crímenes diarios.
El análisis destaca un crecimiento preocupante de delitos violentos en 2024, con un aumento del 111% en asesinatos, un 290% en agresiones y un 208% en robos, solo en el primer semestre.
Las provincias con más reportes son La Habana (146), Villa Clara (80), Santiago de Cuba (63), Holguín (40) y Guantánamo (28).
Las cifras son elevadas si tenemos en cuenta que en 2023 se reportaron en total 649 crímenes en 12 meses, de los cuales 265 fueron robos, y 199 personas fueron asesinadas en 197 incidentes diferentes, mientras que 124 personas sufrieron asaltos.
Estas cifras, explica el informe, se basan en un meticuloso monitoreo de denuncias y declaraciones en redes sociales y medios tanto estatales como independientes.
Debido a la falta de transparencia en la información pública, se presume que las cifras reales podrían ser incluso mayores como ocurrió con los datos de los feminicidios, donde la cifra oficial superó a la contabilizada por organizaciones independientes.
Además, los informes señalan un aumento en la corrupción, pandillas juveniles y consumo de drogas, vinculando estas tendencias con la emergencia de un crimen organizado más extendido, asociado a actividades ilícitas de una nueva oligarquía mafiosa y su conexión con otros actores del crimen transnacional como Venezuela.
El OCAC también menciona incidentes específicos como los ocurridos en la Finca de los Monos, en La Habana, que evidenciaron el creciente problema del pandillerismo en Cuba.
Desde principios de 2024, el Ministerio del Interior (MININT) en Santiago de Cuba ya reconocía la existencia de bandas criminales dedicadas a “implementar el terror” entre los ciudadanos. También recientemente el gobernante Miguel Díaz-Canel confirmó el aumento de la violencia y la inseguridad en el país.
El observatorio atribuye el aumento en la criminalidad a factores como la descapitalización y desprofesionalización de la policía, cambios en los valores sociales y culturales, y una percepción creciente de impunidad y corrupción dentro del sistema judicial cubano.
En sus conclusiones el informe critica que el Partido Comunista de Cuba (PCC) y el MININT intentan minimizar la percepción de inseguridad creando una "realidad virtual paralela" que, en definitiva, pone aún más en riesgo a la población.
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