En un reciente recorrido por la ciudad de Bayamo, Yudelkis Ortiz Barceló, primera secretaria del Partido en la provincia, arremetió contra los cuadros y dirigentes, advirtiendo que mientras prevalezcan la desidia, el inmovilismo y la aceptación de lo anormal como algo normal, no habrá avances, una situación que amenazó no será tolerada.
El periódico oficialista La Demajagua publicó este jueves un artículo titulado “Que la desidia no nos consuma”, respaldando las duras críticas de la principal dirigente provincial, sin mencionar que ella misma es parte del problema del abandono de los espacios urbanos en la ciudad.
Durante un recorrido por áreas emblemáticas de la Ciudad Monumento Nacional, como Los Elevados, La Plaza de la Patria, el Paseo del Prado y la calle de la Excelencia, quedó en evidencia que, a pesar de que se adoptaron numerosos acuerdos hace un mes, la mayoría de ellos siguen sin cumplirse.
Esta ineficiencia es resultado no solo de la negligencia de los organismos responsables, sino también de la falta de rigor, control y exigencia por parte de las autoridades municipales, lo que demuestra una preocupante apatía en la gestión local, apuntó el portal de noticias citado.
La presencia de maleza, acumulación de basura, suciedad, falta de pintura, luminarias rotas, bancos deteriorados, jardinerías sin podar, vallas que necesitan renovación y mármoles manchados en Bayamo evidencia el descontrol y la negligencia en la gestión de las autoridades municipales.
“Si nos sigue dominando la desidia, el inmovilismo y el ver las cosas anormales como normales, no vamos a avanzar, y no vamos a permitirlo”, amenazó Ortiz a los cuadros y dirigentes presentes en el recorrido. Además, les advirtió que debían desarrollar un “sentido de pertenencia por la ciudad que los vio nacer y por el pueblo al cual se deben”.
Por último, según la dirigente, esos problemas se pueden revertir si se “pone corazón” y se trabaja “con el barrio, los CDR y la juventud, y a involucrarlos en este proceso”, ya que consideró que la apatía de estos trae como consecuencia la insostenibilidad.
No es la primera vez que un dirigente cubano señala a otro, especialmente de menor rango, como responsable de los problemas de un territorio, sin admitir que la cúpula del régimen es la verdadera causante de las situaciones desfavorables o, al menos, de su incapacidad para buscar soluciones.
En septiembre, el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, criticó la gestión de dirigentes del régimen, a los que acusó de “chapuceros” y de mantener una actitud carente de sensibilidad hacia los problemas que preocupan a la población.
Reunido en Gibara con pobladores a los que dice representar desde su escaño en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el primer ministro “conoció de sus preocupaciones e inquietudes”, según un reporte del noticiero de la televisión oficialista (NTV).
El propio Marrero recientemente reclamó más “concentración” a los dirigentes cubanos para llevar adelante la “implementación de las acciones aprobadas con el propósito de respaldar las Proyecciones de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía”.
Así lo expresó este en su intervención durante la reunión del Consejo de Ministros correspondiente al mes de septiembre, en la que el jefe de gobierno del régimen cubano hizo énfasis en la “responsabilidad” de los funcionarios y dirigentes locales en el proceso y los resultados que el gobierno central espera obtener de sus estrategias y “proyecciones”.
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