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La Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), una coalición que agrupa a opositores tanto dentro como fuera de la isla, pidió al gobernante Miguel Díaz-Canel renunciar a su cargo debido a la creciente crisis energética que afecta al pueblo.
En un comunicado emitido este martes, la ARC condenó la respuesta del mandatario, quien, según la coalición, ha lanzado amenazas contra los manifestantes que protestan en varias ciudades del país.
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De acuerdo con la agencia EFE, el texto subraya que la crisis energética, agravada por la escasez de combustible y las constantes averías en las antiguas centrales termoeléctricas, es un reflejo del "fracaso" del sistema cubano.
La ARC denuncia que la situación del país, marcada por la represión, el hambre y la falta de servicios esenciales, se ha vuelto insostenible.
En diferentes ciudades de Cuba, incluidas La Habana, Camagüey y Santiago de Cuba, se han registrado cacerolazos y manifestaciones, donde los ciudadanos exigen una solución a los prolongados cortes eléctricos.
La ARC destaca que mientras la isla se apaga eléctricamente, las protestas mantienen vivo el reclamo popular contra el régimen.
El pasado viernes al mediodía, cuando ocurrió la completa salida del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), los cubanos comenzaron a vivir un agobiante y extenso apagón general, que en varias zonas superó las 72 horas y limitó sus actividades diarias.
Aunque el régimen ha prometido que encontrará una solución, la crisis ha escalado en demasía dentro del deteriorado sistema eléctrico del país.
Los llamados “disparos” han provocado más tensión en el SEN, convertido ahora en “islas” o “microsistemas”, que tambalea entre colapsos totales o parciales, mientras el pueblo sufre las consecuencias del fallido sistema comunista.
Para colmo, Díaz-Canel compareció en la noche del domingo en el Consejo de Defensa Nacional (CDN) al que asistió vestido de verde olivo y en el que amenazó claramente con reprimir protestas ciudadanas que se puedan propiciar a raíz del colapso del sistema eléctrico nacional, que ha sumido a la población cubana en un caos sin precedentes.
Tras dar un parte de la catastrófica situación del país, para la que no dio ninguna solución inmediata -y en compañía de primer ministro Manuel Marrero, que también asistió con igual vestimenta-, el mandatario lanzó una advertencia amenazante.
“Hay toda la disposición y toda la capacidad y todo el despliegue y envergadura de los sistemas que tenemos organizados desde los consejos de defensa desde las organizaciones, del partido, del gobierno de las administraciones para dar la respuesta a la población a cualquier inquietud, siempre que se haga de manera civilizada, de manera organizada y de manera disciplinada”, apuntó el gobernante.
“Pero no vamos a aceptar ni vamos a permitir que nadie actúe provocando hechos vandálicos y mucho menos alterando la tranquilidad ciudadana de nuestro pueblo, y esa es una convicción y ese es un principio de nuestra revolución”, añadió.
Este lunes, el presidente de la isla informó de al menos seis personas en el municipio San Antonio del Sur, durante el paso del huracán Oscar, que tocó tierra en Guantánamo el domingo y que luego se degradó a tormenta tropical.
En medio de los constantes cortes eléctricos, la tormenta tomó por sorpresa a decenas de miles de personas, las cuales desconocían la existencia del evento debido a la imposibilidad de poder informarse a través de los medios de comunicación.
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