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La congelación de fondos de Estados Unidos a la ayuda internacional ha impactado de lleno en gran parte de los medios de prensa independiente cubanos, que han empezado a buscar alternativas de financiación.
Es el caso de Diario de Cuba, con sede en Madrid y 15 años de antigüedad, cuyo director, Pablo Díaz, ha pedido la colaboración de sus lectores para hacer frente a la suspensión de los 'grants', y poder mantener, de esta forma, el compromiso de "ejercer y defender la libertad de expresión en la Isla".
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Mientras el régimen mantiene su "catálogo represivo", las ayudas al periodismo independiente del Gobierno de EE.UU. se encuentran suspendidas y eso, explica Díaz, "hace aún más ardua" la labor de medios como Diario de Cuba (DDC).
En ese contexto, el director de DDC ha enviado un mensaje a sus lectores "para solicitarles su apoyo para seguir haciendo periodismo con los más altos estándares posibles dentro de una sociedad cerrada, como es la cubana", añadió.
"A través de nuestro trabajo no solo informamos a los cubanos o denunciamos la crisis política, económica y social que sufrimos todos, una crisis inducida por el régimen. También formamos a periodistas; aprovechamos cada resquicio para burlar la censura digital y proyectamos una Cuba diferente. Pero nuestro trabajo tiene un costo: prisión, destierro, interrogatorios, detenciones, prohibiciones de viaje, acoso a familiares; ataques informáticos", dijo Pablo Díaz en un editorial compartido este 7 de febrero en la web de DDC.
En este sentido, hizo además hincapié en que el periodismo necesita recursos, "sobre todo cuando se produce en un país descapitalizado y secuestrado como el nuestro" y este es el motivo de su llamamiento a los cubanos que viven fuera de Cuba para que hagan una contribución voluntaria a DDC.
"No hay cantidad pequeña. El precio de un café allá donde vives. Esa ayuda es vital para nosotros, para seguir llevando información a una Cuba que, sin dudas, pronto será libre", concluyó.
La crisis derivada de la suspensión de las subvenciones a medios independientes del régimen cubano ha encontrado cabida en la agencia Reuters, que este lunes se ha hecho eco no sólo del editorial de DDC sino también de la reacción de otras plataformas como Cubanet, que en 2024 recibió medio millón de dólares de ayuda de la USAID y que la semana pasada también pidió la colaboración de sus lectores.
En un enlace adjunto a su perfil de Instagram, el decano de la prensa independiente cubana, con 25 años de experiencia, pide a sus lectores ayuda para enfrentar "un desafío inesperado", en referencia a la suspensión de los fondos de Estados Unidos que sostenían el trabajo de su equipo.
"Nuestros periodistas viven y trabajan dentro de Cuba, enfrentan a diario la represión del régimen y la miseria en que está sumido el país. Nuestro rol durante todos estos años ha sido apoyarlos y darles recursos para que realicen tan importante trabajo. Si Cubanet deja de informar, el vacío lo llenarán quienes buscan ocultar la realidad".
Aunque proponen donar entre 3 y 10 dólares, también aceptan cualquier otra cantidad. "Cada aporte, grande o pequeño, nos permite seguir dando voz a quienes no la tienen", señalan en su petición de colaboración económica.
En su reportaje sobre la crisis de los medios independientes, Reuters menciona a CiberCuba, que es de los pocos medios que no reciben ni han recibido ayudas de ningún gobierno ni institucionales pública o privada, en sus diez años de historia y, por tanto, seguirá funcionando como hasta ahora al margen del recorte de subvenciones de la USAID y la NED.
"Nosotros nos financiamos al 100% con publicidad", explicó Luis Flores, CEO de esta plataforma.
Al margen de excepciones como CiberCuba y Café Fuerte, entre otras, analistas han explicado en declaraciones a AP que el recorte de la ayuda exterior de Estados Unidos podría beneficiar a dictaduras y autocracias.
De hecho, la activista cubana Laritza Diversent, de Cubalex, ya avanzó en declaraciones a este portal que sin los 'grants' no podría mantener el equipo de asesores jurídicos que ha monitoreado desde hace años las violaciones de derechos humanos en Cuba. Eso sí, garantizó que seguirá trabajando aunque consciente de que no obtendrá ni los mismos resultados ni el mismo impacto.
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