La emblemática heladería Coppelia, en La Habana, fue objeto de críticas en un reciente reportaje del periodista estatal Mario Herrera, de Canal Habana, quien intentó documentar el estado actual del servicio, pero se le impidió grabar en el interior del establecimiento.
“El pasado viernes no se me permitió grabar en el interior. Parece que en los tiempos de teléfonos inteligentes y quejas en redes, las cámaras de canales estatales requieren permisos, que se otorgan, pero avisan”, comentó Herrera en su intervención televisiva.
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El reportero recordó con nostalgia la época dorada de Coppelia en los años 80 y 90: “Fui muchas veces de niño en los 80, cuando desde la mañana y hasta las dos de la madrugada prestaban un servicio de excelencia como su helado. En los 90 cambiaron las cosas, pero siguió vivo, contra viento y marea, sin importar la escasez”.
Tras su remodelación y reapertura en febrero de este año, Herrera esperaba una mejoría en el servicio, pero sus impresiones fueron otras. “Pensé que habría algún cambio positivo, sin embargo, el colega Ricardo Gómez alertó en sus redes con una foto desde su teléfono sobre una involución en el servicio a tan poco tiempo de la reapertura. Querer comprobarlo, sin que me esperaran, era el objetivo que no pude cumplir”, afirmó.
Sobre la oferta de productos, el periodista señaló: “No hablaré de la variedad de sabores, pues las pizarras mostraban un mínimo de cinco, lo que está muy bien en los tiempos de hoy, y esa variable depende de suministros y producciones que no salen de esta instalación”. Sin embargo, lamentó que persistan problemas en la calidad del helado y el servicio: “El helado hueco no es novedad, lamentablemente. Hay males que han echado raíces profundas y tienen causas que van más allá de quién está al servicio”.
Las palabras de Herrera se suman a las críticas previas sobre la situación en Coppelia tras su reapertura.
Días antes, el periodista Ricardo Gómez denunció en su perfil de Facebook la baja calidad del helado y la reducción de porciones en comparación con el primer día de servicio. “A solo un mes de la reapertura es notable la involución de Coppelia en su servicio. La ensalada de la derecha fue la que me sirvieron el día de la apertura, el 5 de febrero último. Muy buena, dije entonces. La de la izquierda fue la que viré para atrás hoy, sin sirope, ni el polvo de galleticas, y lo más lamentable, solo estaba completa la bola de helado de arriba, las de abajo no tenían ni un tercio del contenido que debían. El precio es el mismo de antes”, escribió.
Desde el primer día tras su reapertura, la heladería había generado opiniones divididas. La locutora Laritza Camacho visitó Coppelia y compartió su impresión en redes sociales: “Si tú pensabas que el Coppelia estaba malo, lo puedes seguir pensando. Si tú creías que el Coppelia estaba bueno, lo puedes seguir creyendo”. En su relato, destacó que la heladería seguía con problemas estructurales y que, a pesar de carteles que anunciaban múltiples ofertas, solo había dos sabores de helado disponibles.
Antes de estos testimonios, otro cliente había denunciado problemas de higiene y atención al público en el Coppelia. En una publicación de Facebook, un usuario reportó que encontró un pelo en su helado y que fue víctima de malos tratos por parte del personal. La reapertura de la heladería en febrero había generado expectativas tras tres meses de remodelación, en los que el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) prometió mejoras en la infraestructura y la introducción de nuevos métodos de pago electrónico. Sin embargo, las quejas sobre la calidad del servicio, la falta de insumos y los elevados precios se han mantenido desde entonces.
Cuando Coppelia reabrió, sus precios sorprendieron a los clientes. El helado pasó a costar 25 pesos por bola, y una ensalada mixta llegó a los 155 pesos. Además, la venta quedó restringida a dos especialidades por persona, una medida que generó malestar entre los consumidores. En ese momento, la prensa oficialista destacó que la heladería ofrecería una mayor variedad de especialidades y opciones de pago digital, pero la realidad ha demostrado que la disponibilidad de sabores sigue siendo limitada y que las críticas sobre el servicio han ido en aumento.
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