20 de mayo: Trascendencia que desborda las ideologías.
A pesar de que a tres o cuatro generaciones de cubanos, educados en la Isla, se nos repitió sin cesar en las escuelas, y por todos los medios informativos, que el 20 de mayo significó para Cuba apenas un cambio de metrópoli colonialista, la fecha está cargada de enorme significación cuando se asume sin prejuicios ideológicos.
Un 20 de mayo, hace 114 años, nació la República de Cuba, después de 30 años de lucha y sacrificio. Ese día de 1902 el pueblo eligió por primera vez un presidente cubano, don Tomás Estrada Palma. En el Salón del Trono, en el Palacio de los Capitanes Generales, se le entregó el gobierno, y a partir de ese momento terminó la ocupación de los Estados Unidos, aunque quedara la rémora de la Enmienda Platt. La primera medida adoptada por Estrada Palma fue el pago a los miembros del Ejército Libertador y de los bonos de la deuda contraída por la República en Armas. Para ello obtuvo un empréstito de la casa norteamericana Speyer de 35 millones de dólares, con un 5 % de intereses. Para 1943 el préstamo estaba saldado.
En aquel acto solemne, Leonard Wood, gobernador militar de la Isla en representación de Estados Unidos, leyó dos documentos: uno firmado por Theodore Roosevelt, presidente de la Unión, y otro suscrito por él. Ambos estaban dirigidos al Presidente y al Congreso de la República de Cuba y expresaban los votos por el éxito del nuevo gobierno y el mantenimiento de la amistad entre los Estados Unidos y Cuba. El documento leído por Wood declaró terminados la ocupación y el gobierno de la Isla por parte de Estados Unidos. Don Tomás Estrada Palma juró el cargo ante el tribunal supremo presidido por el doctor González de Mendoza, un renombrado antiesclavista. En la ceremonia de juramento expresó: “Juro por Dios y prometo por mi honor desempeñar el cargo de presidente de la República de Cuba para el que he sido electo cumpliendo y haciendo cumplir la Constitución”.
El cambio de banderas se efectuó en en La Fortaleza de los Tres Reyes del Morro, en el mismo momento en que se producía en Palacio la ceremonia en que hablaron Wood y Estrada Palma. Estos actos estuvieron acompañados del entusiasmo delirante de las muchedumbres que en distintos lugares de la Isla participaban de la alegría. Hombres y mujeres de espíritu libre aplaudieron y lloraron de emoción cuando se izó la enseña de la estrella solitaria, porque aquel 20 de mayo miles de cubanos se congregaron frente al palacio de gobierno para ver ondear por primera vez nuestra bandera, izada por el Generalísimo Máximo Gómez a las 12 y 8 minutos, mientras las campanas de las iglesias repicaban en todo el país. Los cubanos habían derrotado al colonialismo español, y el momento estaba cargado de emotividad, sobre todo para los innumerables patriotas que lo empeñaron todo por lograr el sueño de Antonio Maceo, José Martí, el sueño de miles de mártires anónimos. Así lo expresó el general en jefe del Ejército Libertador, Máximo Gómez, cuando exclamó lleno de emoción: “¡Ahora sí creo que hemos llegado!”
La creación de la República de Cuba fue la justa culminación de los sacrificios de los cubanos. Porque como escribió Antonio Maceo en carta a Clarence King desde el campo de batalla el 22 de noviembre de 1896: “Cuanto se diga en favor de mis sufridos soldados en la tremenda y desigual lucha que sostienen contra fuerzas muy superiores provistas de todos los elementos de guerra, siempre resultaría pálido ante el cuadro asombroso de la realidad”
En 1902 el millón y medio de personas que habitaban la Isla vivían una situación económica crítica a consecuencia de la guerra. El estado de la agricultura y la ganadería, las industrias y las propiedades era calamitoso. De acuerdo con el censo realizado por los españoles, la población había mermado en 200 000 habitantes. Para 1958, a pesar de las décadas de desgobierno y corrupción, y de una economía demasiado dependiente del azúcar y de las relaciones con Estados Unidos, el país había alcanzado un notorio desarrollo económico que lo había colocado entre los primeros de América Latina.
A este primer gobierno, el de Estrada Palma, le correspondió también la tarea de formalizar los vínculos con Estados Unidos, y por ello ha recibido todo tipo de críticas. No obstante, Estrada Palma fue reelegido en 1905, y el opositor Partido Liberal se sublevó, un desorden que desencadenó una nueva intervención estadounidense, luego de la cual los vecinos del Norte crearon el Ejército Permanente Cubano, para no tener que volver a ocupar el país en un futuro. Bajo el imperio de la Enmienda Platt, los partidos políticos constituidos, el Liberal y el Conservador se disputaron el poder mediante trampas electorales y asonadas insurreccionales. El botín del triunfador era el tesoro público, fuente de enriquecimiento para la clase política envuelta en frecuentes escándalos de corrupción, escándalos que nunca escasearon durante los gobiernos siguientes de José Miguel Gómez (1909-1913) y Marío García Menocal (1913-1920).
Los cubanos en el exilio siempre festejaron el 20 de mayo en tanto pues para ellos, y para todos los cubanos, dentro o fuera de la Isla, la fecha significa también el homenaje a todos los héroes y mártires que hicieron posible la conquista de la ansiada independencia, y el inicio de un largo camino hacia la libertad, la democracia y el progreso.
Texto:Joel Del Río.
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