
Enriquito Díaz, el hombre que tiene el récord absoluto en bases robadas en las Series Nacionales en Cuba, ha revelado un secreto que, no por menos conocido, en su boca se convierte en un "cuño oficial": para robar bases en la pelota, no basta con ser veloz.
De acuerdo con sus declaraciones, y que coinciden también con las de muchos de los grandes "estafafores" del béisbol, tomarle el tiempo al pitcher, conocer sus movimientos, es fundamental. No por gusto son 726 almohadillas las que Enriquito "se llevó para su casa" durante 26 años jugando a la pelota en la Isla.
"Yo les miraba lo que era hombro, cintura, rodilla y pie. Hacían un movimiento para lanzar y otro para virarse. Yo me especialicé mucho en eso", dice Enriquito.
El fenomenal pelotero asegura también que el robo de bases "se le apunta al catcher, pero se le roba al pitcher", porque es en la mecánica del movimiento del lanzador, o incluso, del lanzamiento que hace, de donde se sacan los preciosos segundos que el robador de bases aprovecha para cometer su hurto.
Enriquito también es dueño absoluto de otros departamentos, como hits, triples y anotadas.
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