El líder norcoreano Kim Jong-un podría estar preparando la liberación de tres prisioneros de nacionalidad estadounidense, que el régimen de Corea del Norte condenó a trabajos forzados. El propósito sería entregárselos al presidente estadounidense, Donald Trump, de cara a la cumbre que ambos mantendrán en un lugar y fecha todavía por determinar, aunque presumiblemente se celebraría el encuentro a finales de mayo o comienzos de junio.
La noticia de la liberación fue difundida por el diario Financial Times y recibida por las familias de los presuntos liberados con suma cautela y contenida alegría.
El presidente Trump, por su parte, que acumula adeptos que piden su nominación al Nobel de la Paz por la gestión de la crisis en la Península Coreana, no ha ocultado la comparación con Barack Obama en esta materia, y ha precisado en un tweet: "Como todo el mundo sabe, la anterior administración llevaba tiempo pidiendo a Corea del Norte la liberación de los tres rehenes sin conseguirlo. ¡Manteneros a la escucha!".
Los tres estadounidenses que presuntamente serían liberados son de origen coreano: Kim Dong-chul, un empresario de 63 años, casado y con dos hijas, que fue acusado en enero de 2016 de espionaje y condenado a diez años por robar secretos militares para Corea del Sur.
En 2017 fueron detenidos y acusados de actividades "hostiles al régimen" dos profesores de la Universidad de Ciencias y Tecnología, que se encontraban en el país realizando labores humanitarias. Ello son Tony Kim (59 años), y Kim Hak-song (55 años).
Pese a lo indicado por Trump, medios de prensa recuerdan que la detención de los dos profesores tuvo lugar después de que Barack Obama dejase la presidencia.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, ha dicho que no puede confirmar que sean liberados, pero avisa que esa acción sería vista "como un gesto de buena voluntad" del Gobierno de Corea del Norte.
Mientras tanto, el Financial Times asegura que los prisioneros han sido trasladados ya a un hotel cerca de Pyongyang donde estarían recibiendo atención médica y psicológica para entregarlos en buena forma.
En el recuerdo queda el lamentable caso de Otto Warmbier, estudiante de 22 años que fue entregado a las autoridades estadounidenses en estado de coma, y que acabó muriendo seis días después sin recuperar la conciencia. Sus padres han demandado al gobierno de Corea del Norte por torturas, aunque el examen forense no ha podido confirmar que haya habido tortura.
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