En Trinidad y Tobago hay más de 1.000 cubanos que esperan que algún día les sea concedido el asilo político. Ellos no quieren regresar a la Isla pero, según cuentan, viven en un país donde no tienen prácticamente derechos.
Varios de ellos, entrevistados por Martí Noticias, aseguran que en Trinidad y Tobago están casi presos.
Su mayor esperanza es lograr reasentarse en algún otro sitio y comenzar a trabajar porque en Trinidad y Tobago son víctimas del racismo y la violencia.
Una pareja cuenta que recientemente dos hombres encapuchados intentaron secuestrarles a su hija de tres años. El cubano corrió hacia el vehículo donde se la llevaban y después de una fuerte pelea, logró recuperar a la pequeña.
Su única opción es pedir el amparo de la agencia del alto comisionado de la ONU (Acnur) pero la cubana Yaquelín Vera, que vive hace varios años allí con su madre e hija, cree que los programas de Naciones Unidas "son manipulados por la izquierda internacional".
Onelia Alonso, que ya obtuvo la categoría de refugiada, dice sentirse una "esclava" y una "rehén" de la ONU.
"En Cuba no teníamos libertad y en Trinidad tampoco la tenemos", agrega Vera.
Carlos Alonso, por su parte, asegura que jamás volvería a la Isla. "Lo que sufrí allá no quiero volverlo a pasar. A mí me dijeron que emigrara o me iban a desaparecer", comenta.
El expreso político en Cuba, José Lino Asencio, dice estar desilusionado y cree que entre los gobiernos de Trinidad y Tobago y La Habana ha habido algún tipo de "arreglo" y por ello sles ponen tantos obstáculos.
En 2017 los cubanos protestaron frente a la sede de Acnur y tras más de tres meses, la policía detuvo a nueve de ellos. En enero de este año fueron liberados, luego de pagar una fianza de 5.000 dólares.
La mayoría de los migrantes de la Isla aseguran que viven en una eterna espera porque Cuba no es una opción y Trinidad y Tobago no los acepta.
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