Escondido en una edición especial de más de un centenar de páginas de la Gaceta Oficial, el Decreto-ley 349, emitido por el Ministerio de Cultura surgió para frenar el arte que no es patrocinado por el Estado. La nueva normativa prohíbe que artistas independientes —que no cuentan con permisos estatales— se presenten en lugares públicos o privados y puedan ser remunerados.
El decreto establece, además, que los pintores y artistas que vendan sus obras sin autorización estatal serán sancionados con multas y decomisos, así como quienes difundan música o audiovisuales que hagan "uso de los símbolos patrios que contravengan la legislación vigente" o contengan expresiones sexistas.
"Ahora mismo si un artista no cuenta con el apoyo o permiso del Ministerio de Cultura es un delincuente", aseguró el artista Luis Manuel Otero Alcántara.
"Ahora mismo si un artista no cuenta con el apoyo o permiso del Ministerio de Cultura es un delincuente"
El decreto, que debe entrar en vigor en diciembre, también dispone sanciones a quienes vendan libros con "contenidos lesivos a los valores éticos y culturales" y de modo más general a quien "realice un uso abusivo de aparatos o medios electrónicos".
"Si abro un bar y quiero invitar a un músico, no tengo que pensar si es reconocido o de ninguna institución", denunció el artista plástico Italo Espósito.
Los artistas denuncian que esta medida representa un retroceso en cuanto a la políticas culturales de la Isla, toda vez que lo consideran un retorno al ‘quinquenio’ gris, etapa en la que muchos escritores y creadores fueron expulsados de las instituciones estatales por no cumplir con el canon artístico de la revolución.
"La Seguridad del Estado y el Gobierno cubano han tratado todo el tiempo de que el espacio independiente no florezca y que todos los artistas sigan respondiendo a la institución", lamentó Yanelys Núñez, historiadora del arte y pareja de Alcántara.
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