Elena Larrinaga, miembro del Consejo Asesor del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) ha hecho un llamamiento a votar 'No' en el referendo constitucional que se celebrará en Cuba el próximo 24 de febrero, pero ha hecho hincapié en la necesidad de que ese voto se haga con tinta (no con lápiz) para garantizar que se respeta la voluntad de los electores.
"Queremos recordarles que el próximo 24 de febrero los cubanos estamos llamados a votar en un referendo constitucional. Consideramos que no han sido tenidas en cuenta muchas de las reformas que hemos propuesto. Por ello creemos que nuestro deber es ir a votar y tener presente: primero, comprobar que estamos debidamente inscritos en el padrón. Dos, marcar la boleta con tinta, de manera que no pueda ser modificada. Y por último hacer uso de nuestro derecho a participar en el conteo de los votos y de informar del resultado a los medios de difusión alternativos", dijo en declaraciones a CiberCuba.
Votantes de la Isla han manifestado a este portal de noticias sus dudas en torno a las garantías del proceso electoral en Cuba. Aseguran haber votado a lápiz porque no había bolígrafos disponibles en sus colegios electorales.
Más de 8 millones de cubanos están llamados a votar el próximo 24 de febrero para ratificar o no el texto de la reforma constitucional. El censo electoral definitivo no será oficial hasta dos días antes de los comicios, según informó la prensa oficialista.
Por primera vez, desde 1976, los cubanos están llamados a votar en un referendo para elegir entre Sí o No. En 1992, Fidel Castro modificó la Constitución y se saltó el referendo asegurando que no era necesario. Tampoco se convocó a las urnas en 2002 cuando volvió a ser modificada la Carta Magna. En esa ocasión se recogieron firmas de los votantes. Ahora los cubanos se enfrentan al primer referendo en 43 años. El de 1976 fue apoyado por el 97,7% de los votantes.
El borrador final de la nueva Constitución cubana tiene 229 artículos, 11 títulos, dos disposiciones especiales, 13 transitorias y dos finales. Garantiza que el Partido Comunista es el único legal en Cuba y está por encima del Estado. También que Cuba quiere avanzar hacia el comunismo; que los emigrantes no tienen derecho al voto ni posibilidad de invertir en su país y se le ponen trabas a la creación de riqueza. Esta Carta Magna no garantiza el derecho a reunión o asociación ni pone freno a las detenciones arbitrarias.
Una encuesta realizada en enero por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos arrojó que el 33,5% de los cubanos encuestados tenía decidido ya manifestar su desacuerdo con el texto de la Constitución marcando el 'No', dejando la boleta en blanco o anulándola.
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