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Obispo de Pinar del Río, José Serpa, visitó al biólogo cubano Ariel Ruiz Urquiola en la cárcel de Pinar del Río, donde se mantiene en huelga de hambre para protestar por su condena a un año de privación de libertad en un juicio que él considera amañado.
Omara Urquiola, hermana del científico, explicó a Efe que Monseñor Serpa, también responsable de la Pastoral Penitenciaria del Episcopado cubano, conversó con Ariel más de dos horas, en el policlínico de la prisión donde se encuentra ingresado.
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El obispo no intentó convencerlo de que abandonara el ayuno, pero a su salida aseguró a los familiares que el encuentro había sido provechoso para las dos partes.
Ariel Ruiz Urquiola, de 44 años, está en huelga de hambre y sed desde el pasado 17 de junio, aunque está recibiendo sueros de cloro-sodio y dextrosa por vía intravenosa.
La familia recibe con regularidad partes médicos que indican que el activista medioambiental se encuentra orientado y su corazón funciona bien, aunque como es lógico, ha perdido peso.
Omara ha apuntado además que no están pidiendo clemencia sino un juicio justo, para que se tengan en cuenta las pruebas que presentó Ariel y que el tribunal que lo juzgó no tuvo en cuenta. Casualmente este juzgado ha recibido un reconocimiento por parte del Gobierno de Miguel Díaz-Canel.
Ruiz Urquiola no pertenece a ningún grupo disidente. Está enfrentado al Gobierno por su postura ecologista. Doctor en Ciencias Biológicas, fue despedido en 2016 de la Universidad de La Habana, donde trabajaba como investigador por "ausencias injustificadas", que él niega.
Desde 2015 tenía concedida una finca en usufructo en el Valle de Viñales, en Pinar del Río, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Allí intenta sacar adelante un proyecto medioambiental para preservar especies locales y fomentar la agricultura sostenible.
La familia cree que lo han encarcelado como pretexto para quitarle las tierras.
El pasado 12 de junio Amnistía Internacional lo reconoció como preso de conciencia y pidió su liberación inmediata. También han pedido su libertad el Gobierno de los Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos y la Internacional Demócrata de Centro, una organización a la que pertenecen el Partido Popular español y la CDU de Angela Merkel.
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