Las autoridades agrícolas cubanas han decidido potenciar en 2020 la producción de tabaco Burley, variedad que se destinará a la elaboración de cigarrillos, una medida que estará acompañada por la creación de nuevos centros de procesamiento de la planta.
Justo Luis Fuentes, presidente del grupo empresarial Tabacuba, explicó a medios oficialistas que se implementará un proyecto para plantar hasta 10 000 hectáreas de esa variedad de tabaco rubio.
El funcionario precisó que el tabaco Burley posee una buena calidad, con un alto porcentaje de nicotina y buena combustibilidad. Por ello, el número de plantaciones se incrementará no solo en Pinar del Río, provincia representativa de este cultivo, sino en otras zonas productoras.
El ministro de Economía, Alejandro Gil, dijo durante la última sesión de la Asamblea Nacional, que un aumento en las ventas de tabaco aportaría a la economía del país ganancias por valor de unos 300 millones de dólares.
En 2019 los tabacaleros recolectaron más de 30 000 toneladas del producto, de los cuales se obtuvieron 14 000 millones de cigarrillos. La cifra, sin embargo, no impidió que en septiembre los cigarros marca Criollos, los más demandados entre los fumadores locales por venderse en pesos cubanos, se perdieran de las bodegas y cafeterías de la capital.
La crisis ocurrió debido al incumplimiento del plan de la fábrica de Holguín en los meses de marzo, abril y junio por la ausencia de un insumo. En total, se dejaron de producir en ese trimestre más de dos millones de los paquetes planificados.
Pese al optimismo de los dirigentes, la actual campaña en el territorio pinareño está en peligro debido a la sequía y la falta de fertilizantes y combustible en los meses de septiembre y octubre.
La ausencia de lluvias amenazó principalmente a los productores de los municipios del norte de la provincia, donde no existen grandes embalses. Al cierre de noviembre solo se había sembrado el 62 por ciento de las más de 19 000 hectáreas proyectadas para la campaña.
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