Vladimir Lázaro González, el tío del rapero contestario Denis Solís, se presentó en la prisión Combinado del Este con una solicitud de traslado para su sobrino, quien se encuentra recluido en ese centro penitenciario desde comienzos de diciembre.
El Combinado del Este es una de las cárceles de máxima seguridad que se encuentran cerca de La Habana, en el Kilómetro 13 y medio de la Autopista Nacional. Es considerado el mayor centro penitenciario de Cuba.
González fue hasta ahí con la solicitud, tratando de que la persona de Atención a la Población lo reciba. La víspera, en la oficina del Ministerio del Interior en 15 y K, Vedado, le dijeron que tenía que dirigirse al Combinado este miércoles, único día de la semana en que Atención a la Población funciona para este tipo de trámites, detalló la activista Anamely Ramos en redes sociales.
Sin embargo, Ramos expuso que la solicitud no fue atendida. “Pues ocurrió lo esperado: ahora dicen que no lo pueden atender porque el Mayor Osmanis está reunido. ¡Sepan que no vamos a dejar de abogar por Denis Solís!”, expresó.
Solís, miembro del Movimiento San Isidro, fue condenado a 8 meses de cárcel por un presunto delito de desacato, luego de un incidente con un oficial. Su tío dijo con anterioridad que no se conocía la fecha exacta en que había sido trasladado hacia el Combinado por las autoridades.
Al conocerse del traslado, la directora del Centro de Información Legal Cubalex, Laritza Diversent, quien es abogada de profesión, supuso que el aislamiento no debe tener nada que ver con “la seguridad sino con evitar algún tipo de apoyo”.
Asimismo, dijo que “tal vez en el nuevo sitio no está viendo el televisor para ver todo el apoyo que está recibiendo, que ellos (las autoridades) han televisado y que él puede interpretar como algo positivo”.
El rapero fue encarcelado tras un juicio sumario celebrado el pasado 11 de noviembre. Su arresto condujo a una serie de hechos que hoy marcan el acontecer en la Isla, haciendo que los medios oficialistas dediquen su espacio a amplias campañas, al tiempo que el régimen organiza varios actos políticos como mítines de repudio.
Del 16 al 26 de noviembre de 2020, un grupo de activistas, artistas y periodistas independientes se acuartelaron en la sede del Movimiento San Isidro en protesta por la detención arbitraria de Solís.
Desde ese inmueble, en la calle Damas 955, en La Habana Vieja, los manifestantes emprendieron una huelga de hambre -y de sed en algunos casos- que rápidamente captó la atención de cubanos dentro y fuera de la Isla.
El gobierno activó pronto sus aparatos represivos, así como el despliegue propagandístico para desacreditar la manifestación pacífica, llegando al punto de sugerir que Solís y los huelguistas estaban implicados en acciones terroristas y se desempeñaban como “mercenarios” pagados por el gobierno de Estados Unidos para atentar contra el país en un supuesto “golpe blando”.
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