Conductor de Yutong se niega a llevar a pareja en Pinar del Río por faltarle dinero

Eniley Martínez Valdés, una enfermera de Pinar del Río, denunció la negativa del chofer de un ómnibus Yutong a transportarla a ella y a su esposo desde San Cristóbal hasta Los Palacios por no contar con el monto que él decidió costaba el traslado: 600 pesos por cada uno.

Ómnibus Yutong (imagen de referencia) © ACN
Ómnibus Yutong (imagen de referencia) Foto © ACN

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Afectados por la aguda crisis económica en Cuba, que impacta en los servicios básicos, como el transporte, miles de cubanos se ven obligados a diario a buscar alternativas para trasladarse a sus trabajos o de regreso a sus hogares, aunque en muchas ocasiones ven frustradas sus intenciones.

Eniley Martínez Valdés, una enfermera de Pinar del Río, denunció este miércoles en Facebook la negativa del chofer de un ómnibus Yutong a llevarla a ella y a su esposo hasta Los Palacios por no contar con el monto que él decidió costaba el traslado: 600 pesos por cada uno.


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Captura de Facebook/Eniley Martínez Valdés

Martínez reveló que, en horas de la tarde del miércoles, cuando se encontraba en el puente de San Cristóbal con destino al municipio Los Palacios, el conductor de la guagua con chapa B226653 los bajó del vehículo, de manera grosera, porque ella y su pareja solo podían pagar 400 pesos por los dos, y él consideró que era insuficiente.

“Caballero es cruel que haya tantas personas en los puentes esperando coger transporte para dirigirse hacia sus hogares con muchachos y no los recojan por el hecho que los choferes quieren más dinero de lo suficiente”, denunció la enfermera.

“Hoy paró una Yutong de las azules grandes y le digo si me pude montar a mí con mi esposo y me dice qué cantidad de dinero tengo en mano y le digo 400 pesos por los dos y me dice que es insuficiente que me baje que quién no le dé de San Cristóbal a Los Palacios 600 por cada uno no monta y nos baja con groserías, que la Yutong es de él y hace lo qué le dé la gana”, contó Martínez.

Según su testimonio, su esposo se bajó del vehículo y le tiró foto a la chapa, y entonces, el chofer “se baja a desafiar a mi esposo y le tira la guagua encima y que si le cogía el teléfono se lo rompía. La chapa de la guagua es B226653”.

Pese a su indignación por el hecho, la joven no publicó la foto del vehículo, aunque algunos de sus seguidores la instaron a hacerlo y coincidieron en que debía hacer la denuncia en la empresa de transporte a la que pertenece el vehículo.

En su post, la enfermera recalcó que la forma del chofer de tratar al público no es correcta. “Con las necesidades que hay, por dios, eso no lo ve nadie. Hasta cuándo... Entre nosotros nos machacamos cada día en vez de ayudarnos”, sostuvo, y confesó que el hecho le “dolió mucho”.

La falta de transporte resulta un quebradero de cabeza para miles de trabajadores cubanos que deben trasladarse a sus centros de labor y retornar a sus viviendas, y debido a sus magros salarios se ven impedidos de costear los altos precios que piden los choferes privados y también los de vehículos estatales. Para los jubilados, el costo es aún superior, debido a las paupérrimas pensiones que reciben.

Hace justo un año, el gobierno cubano ordenó a los conductores estatales apoyar la transportación de pasajeros. El primer ministro Manuel Marrero dio indicaciones al titular de ese sector que organizara la aplicación de la medida, que implicaría a todos los choferes de vehículos del Estado.

“En medio de la compleja situación que vive nuestro país, es imprescindible el uso del transporte estatal en apoyo a la transportación de pasajeros”, dijo el primero de febrero.

Pero desde entonces, mucho ha llovido y la población sigue siendo la más perjudicada por la crisis y la insensibilidad de choferes de medios de transporte estatales.

Un hecho ocurrido en julio pasado confirma que las órdenes caen en saco roto, y no pasa nada por ello: Un taxista de una agencia estatal se negó a llevar a una anciana de 78 años desde el hospital Miguel Henríquez hasta su casa por faltarle 100 pesos del precio que él había puesto a la carrera, que era de 600.

“Hola, necesito compartan esta publicación para que vean los directores y gerentes de Agencias de Taxi la falta de respeto que tienen sus trabajadores con los carros estatales del país -porque que no son dueños de ninguno- con el público necesitado”, denunció la hija de la señora en redes sociales.

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