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La recta final del año en Cuba se antoja complicada ante los drásticos recortes que anunció el Gobierno de Cuba y, entre los cuales se encuentra un descenso drástico en el gasto eléctrico, importaciones e inversión, además de reducir el consumo de combustible en un 28% lo que resta de 2016.
La política de recortes llega motivada para poder superar la baja disponibilidad de dinero y portadores energéticos, según recogieron las agencias informativas. A ojos del Ejecutivo estas medidas austeras afectarán lo menos posible el consumo de la población y a los sectores que consigan generar ingresos en divisas.
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El vicepresidente Marino Murillo fue el encargado de dar a conocer el nuevo plan económico y explicó que se limitarán los pagos en divisa fuerte que tenía previsto el país, salvo en la importación de alimentos.
"Tendremos que administrar con mucho más cuidado la toma de créditos extranjeros, para hacer manejable el futuro del país porque no tenemos dinero fresco”, relató Murillo ante la Asamblea Nacional, según una versión oficial de su discurso reproducida hoy por medios locales.
Según Europa Press, estas medidas dejarán a la economía de la Isla a merced de las importaciones en terreno negativo, pese al auge del turismo, ya que habrá una distensión cada vez mayor con Estados Unidos. Al mismo supone un duro revés para un país que lucha por reformar el sistema.
En este sentido los últimos datos apuntan que la economía de la Isla apenas creció un 1% en el primer semestre del año. "Nosotros teníamos previsto una importación para generar la meta de crecimiento de la economía, que era un 2 por ciento de 14.416 millones de dólares. Con los ajustes nos quedaríamos en 11.973 millones", declaró Murillo. Este hecho implica una reducción de casi 2.500 millones de dólares, o un 15 por ciento.
También se procederá a suspender un 17% las inversiones previstas para 2016 y habrá un recorte del 50% en el alumbrado público.
(Imagen de Cubanet).
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