Aunque el Gobierno de Cuba no ha anunciado oficialmente el fin de la larga y vilipendiada dualidad monetaria, ha dejado que otros vayan despejando el camino para el supuesto día: la noticia la ha dado, hace dos días, el senador demócrata estadounidense Ron Wyden, que llegó junto a una delegación a la Isla. "Funcionarios cubanos repetidamente dijeron que este era el año para hacerlo", dijo.
Pero el Gobierno de Cuba nunca ha dejado que el de Estados Unidos le dé las buenas nuevas al pueblo cubano. Y Ron Wyden no está sustituyendo a Raúl Castro y su discurso ni está diciendo nada relativamente nuevo.
Desde hace tiempo se está hablando de la unificación del CUC y el peso cubano, con la que la población ha tenido que lidiar durante casi 24 años. En 2013 Marino Murillo, ex ministro de Economía, habló del tema, de la posibilidad de que el peso cubano se restableciera como moneda única y oficial. Luego, en diciembre pasado, el presidente Raúl Castro refirió sobre la reforma monetaria: "Nos ha tomado demasiado tiempo y no puede dilatarse más su solución".
Por eso Wyden y su delegación no están diciendo nada que los cubanos no hayan oído de manera distinta alguna vez. Lo que valdría la pena preguntarse es qué creen los cubanos de estas declaraciones, si creen que les cambia la vida, o si piensan que el problema real e inmediato de Cuba radica en la dualidad monetaria.
Es innegable que el país tiene que llegar a la reforma monetaria en algún momento. Pero la realidad de Cuba, hoy y ahora, hay que resolverla con otras muchas decisiones. Los cubanos han caído en el desdén, en la incredulidad. Cuando les preguntas sobre estas declaraciones de Wyden, lo que te dejan saber es el gran caos de país en que están viviendo.
Carmen Pérez, una de las entrevistadas para este reporte, opina que “El problema de Cuba no es ese, sino la economía que es un desastre. No, no sé qué decir sobre eso, solo que no creo que cambiaría mucho la vida de los cubanos, porque ese no es el problema de fondo, sino la mala economía y los pésimos salarios, en cualquier moneda”.
Por su parte Frank García dijo que “si quitan la doble moneda todo seguirá igual, al final ambas tienen una relación biunívoca casi, por lo tanto si dejan el CUC pues simplemente en vez de pagarte 500 pesos como salario promedio, te pagarían 20 CUC. Eso es una de las grandes estupideces que ha hecho el Gobierno en Cuba, crear un conflicto dentro del país por esa dualidad. Sin una economía fuerte, no importa cuántas monedas creen o quiten, los productos tienen en promedio un valor que no va a bajar porque su costo de producción ya es X y lamentablemente en Cuba se producen muy pocas cosas. El beneficio es ninguno”.
En consonancia con lo anterior, la entrevistada Carla González opina que la medida “no supone ningún cambio radical. A simple vista la comodidad es que ahora quien cobra en pesos cubanos podrá pagar con ese dinero en tiendas que antes solo aceptaban CUC. Pero al final no están atacando la raíz del problema, que son, en este caso, los bajos salarios, con los que no se puede comprar casi nada, ni en una moneda ni en la otra.
“No sé demasiado de Economía – dice el entrevistado Armando Barrera- pero desde ya te puedo decir que el hecho de que salga de circulación el peso convertible obedece más a una necesidad del Estado de reestructurar sus finanzas internas que otra cosa. Esto, a nivel de macroeconomía, va a eliminar ciertos arrastres burocráticos con los que ha estado lidiando el Estado cubano, pero nada más. Cambio al fin, siempre vendrá acompañado de algunas dosis de expectativas, alimentadas, por cierto, por la ambigüedad y la falta de claridad con la que el Gobierno maneja estos asuntos ante la opinión pública nacional. Aquí la única realidad es que con o sin CUC la moneda es muy débil y no hay gestión económica que avale ni una mejora en la tasa cambiaria con respecto al dólar, que es con lo que alucina la gente, ni tampoco un aumento de salarios, que en Cuba, según veo, sólo generaría una inflación del mercado privado y de la bolsa negra”.
Asimismo, la entrevistada Jeny Rodríguez afirma que lo esencial radica en “organizar su economía y sus finanzas, que sea más confiable la contabilidad, y se transparente el ejercicio económico. Muchos problemas económicos que han prevalecido en todos estos años han quedado ocultos o borrosos por las distorsiones monetarias y cambiarias. También, por ejemplo, leí que se reducirá la distancia entre la tasa de cambio oficial empleada para las transacciones empresariales y del presupuesto estatal, y la tasa de cambio vigente para las operaciones de las familias y los turistas, que actualmente es de 24 veces. Por eso la unificación monetaria implica muchas cosas, entre ellas cambiar la manera en que las empresas, familias y Gobierno se han acostumbrado a asignar los recursos y tomar las decisiones. Para el cambio debe irse regulando la inflación, porque si no se equipara el salario con los precios en el mercado, no habrá mucha mejoría para la población a simple vista”.
No se puede descartar que en Cuba tiene que llegar un momento donde la moneda que quede, que sería el peso cubano, tenga valor. Pero las opiniones antes citadas muestran que los cubanos son conscientes de que la economía del país está en un profundo hueco, del cual le costará salir a flote.
El licenciado en Economía, Alfonso Almaguer, nos explica que “la dualidad monetaria y la dualidad cambiaria, afectan a la población, pero sobre todo al sistema empresarial. Algunas entidades funcionan en moneda convertible y otras en moneda nacional. El problema es que a nivel de empresa el tipo de cambio es 1x1 a diferencia del tipo de cambio de la población que es 1x24. Eso implica que no pueda hacerse una correcta evaluación del desempeño económico de las empresas. Una empresa eficiente puede parecer menos rentable que una empresa menos rentable. Al sistema empresarial no tener un sistema contable y financiero confiable, la toma de decisiones económicas es limitada, afectando la productividad y la eficiencia de todo el sistema empresarial, en un país donde el sector estatal representa alrededor de un 70% del PIB. Por lo tanto, aunque para muchos cubanos la mayor afectación de la dualidad monetaria es que el salario sea en pesos cubanos y tenga que comprar los productos en CUC, eso es solo una expresión aparente del problema. El mayor problema reside en la ineficacia de una economía que entre sus múltiples problemas tiene la dualidad monetaria y la dualidad cambiaría”.
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