Mañana martes 15 de mayo se celebrará en Bruselas la primera reunión del Consejo Conjunto UE-Cuba entre Federica Mogherini (Alta representante de la Diplomacia Europea) y el canciller cubano, Bruno Rodríguez. Entre los momentos más importantes del encuentro estará la firma de un proyecto bilateral por valor de 18 millones de euros (21,5 millones de dólares) para fomentar las energías renovables en Cuba.
Está previsto que sea el primer proyecto bilateral conjunto en virtud del Acuerdo de Asociación y Diálogo Político, vigente desde el 1 de noviembre de 2017 entre Cuba y la Unión Europea.
A finales de este 2018 los europeos también financiarán un programa de apoyo a la seguridad alimentaria resistente al clima y sostenible en Cuba, con una contribución de 19,65 millones de euros (23,5 millones de dólares).
Junto a la cooperación económica, La Habana y Bruselas lanzarán también cinco diálogos centrados en el desarrollo sostenible, la no proliferación y el control de armas, los derechos humanos y las medidas unilaterales; este último apartado abordará el embargo de Washington a la Isla.
Según destaca la agencia AFP, el español Ramón Jáuregui (presidente de la Asamblea Euro-Latinoamericana) ha dicho que "Cuba necesita apertura económica, necesita colaboración, necesita energía, necesita inversiones, necesita mejorar su PIB para mejorar la calidad de vida de los cubanos”. Y añade que la Unión Europea "puede ser un socio leal" de Cuba con el acuerdo.
Sobre el tema de los derechos humanos ha dicho que a partir de la apertura económica con Cuba “y de esta colaboración, el país no tendrá más remedio que abordar sucesivos pasos democráticos". Y precisa: "Pero eso lo tienen que hacer ellos”.
Los 28 países integrantes de la Unión Europea constituyen el principal inversor extranjero en la Isla, especialmente en sectores del turismo o la construcción.
En 2017, la Comunidad Europea importó bienes cubanos por valor de 471 millones de euros y cifró en 2.094 millones sus exportaciones a la Isla.
Cuando se cumplen tres décadas de relaciones diplomáticas entre Cuba y la Unión Europea, se encaminan los pasos para lograr una apertura económica y social, pero desde la Unión Europea aspiran que sea también una apertura política.
Tras años de desencuentros marcados por la Posición Común de 1996, que vinculaba la cooperación europea a avances en derechos humanos, la Unión Europea ha decidido reemprender la cooperación económica.
La cuestión de la libertad política y los derechos humanos en la Isla, que ya se abordó en tres diálogos separados entre Bruselas y La Habana, es también prioritaria para los europeos.
De hecho, el acuerdo diplomático ―ratificado por 13 de los 28 países de la UE de cara a su aplicación completa y definitiva― contempla la posibilidad de suspenderlo en caso de una violación grave de los compromisos sobre derechos humanos.
El Gobierno cubano busca un aliado en la Unión Europea frente a Trump, que dio marcha atrás a la política de acercamiento impulsada por el ex presidente norteamericano, Barack Obama.
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