Ariel Ruiz Urquiola comenzó el pasado domingo una huelga de hambre y sed en la cárcel en la que se encontraba en Pinar del Río. Lo hizo en un inicio para exigir su derecho a que lo dejaran salir a trabajar como al resto de los prisioneros. La solución de las autoridades cubanas fue trasladarlo a un calabozo. Hoy Ariel exige la liberación o nada.
“Nunca lo había visto así, Ariel está inmerso en una profunda depresión debido a todas las injusticias que se han cometido con él desde que inició este proceso. Ahora ya mi hijo está dispuesto a morir sino lo liberan”, explicó a CiberCuba su madre, Isabel Ruiz Urquiola.
Isabel iba camino a la finca de su hijo, de la que el gobierno quiere expropiar a la familia sin derecho alguno, cuando explicó a nuestro medio que este jueves fue a la Prisión km 5 y medio en Pinar del Río para visitar a Ariel.
"Fui con un amigo de la familia, que es como un padre para él. Estamos muy preocupados por la situación porque Ariel está dispuesto a morir sino lo liberan".
"Lo que han hecho con él es inaceptable, todo ha sido injusto desde el inicio. La causa por la que fue juzgado es injusta, y la manera en la que hicieron todo después también".
Ya no confía en nadie, todo indica que la última persona en la cárcel que se acercó a él era un agente de la Seguridad.
Ariel fuen condenado a un año de prisión por un supuesto delito de desacato. Los guardabosques que fueron a su finca a cuestionarle los materiales de una cerca que estaba poniendo en su propiedad dijeron que él les había llamado guardia rural, en referencia a la los oficiales del Gobierno de Batista.
La familia hizo público un video de ese encuentro que demuestra que es falsa esa acusación, aún así le han puesto la pena máxima que las leyes de Cuba recogen para delitos de desacato.
"Todo lo que él dice está respaldado por el vídeo que ya se mostró (…) Él no está de acuerdo con el resultado de la sentencia de apelación, todo el proceso ha sido un fraude como se ha demostrado, y sencillamente él pide la liberación o nada. Para él la única opción es su libertad", dijo su hermana Omara Ruiz Urquiola a Diario de Cuba.
La última vez que Omara visitó Ariel, él se percató de unas lesiones que tenía en la piel producto del cáncer que padece y que salen cuando le dejan de suministrar el medicamento.
"Él se siente que yo le mentí cuando no le dije que durante dos meses mi enfermedad avanzó, se vieron síntomas en piel, que es cuando tenemos la sospecha que el medicamento faltó en el (Hospital) Oncológico. Me pusieron placebo. Y cuando él vio esas secuelas en la piel, en la visita, por un descuido mío, sencillamente ese fue el detonante. Ahora dice que no confía en nadie", explicó.
Pese a su delicada situación de salud, las autoridades lo mantienen en el calabozo.
Aunque se han reportado casos excepcionales de personas que han logrado sobrevivir 12 días sin beber agua, el tiempo promedio de supervivencia es de entre tres y cinco días. La vida de Ariel corre un peligro extremo.
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