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El vicepresidente cubano Salvador Valdés Mesa llamó a aumentar las cosechas de yuca para alimentar a personas y animales en la isla, como forma de reducir importaciones en medio de la de la crisis productiva y de abastecimiento que vive la isla.
Según Valdés Mesa, esto podría disminuir las compras de volúmenes de pienso que se adquieren desde otros países para producir hoy proteína animal, un rol que también viene cumpliendo la célebre planta de moringa promovida por el fallecido dictador Fidel Castro.
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Durante una reunión en Villa Clara con funcionarios del sector agrícola, convocó también a “resistir” y volvió sobre el asunto de la “soberanía alimentaria”, según un reporte del semanario oficialista Trabajadores.
Valdés subrayó el tema de la alimentación como una materia de “seguridad nacional”, a la vez que insistió en la necesidad de establecer programas para el “autoabastecimiento municipal”.
De igual modo, aconsejó que los recursos disponibles debían emplearse con “racionalidad”.
Cuba es un país con un déficit significativo en la producción de alimentos. Pese a tratarse de un archipiélago rodeado de mar, es incapaz de sostener una industria pesquera. Por el contrario, los productos marítimos escasean en pescaderías, bodegas e incluso restaurantes.
Los cubanos pusieron el grito en el cielo cuando les vendieron pescado “liberado” en 2019 a casi un dólar la libra. Es el mismo precio por el que se puede adquirir una libra de frijoles en la actualidad, en un país donde el salario medio ronda los 40 dólares mensuales.
Datos oficiales indican que la producción de frijol disminuyó en la actual campaña un 50% con relación al año anterior, por lo que el país tendrá que invertir unos 50 millones de dólares en importaciones de granos para cubrir este déficit.
Por tal motivo, el gobierno cubano se vio obligado a importar unas 12.000 toneladas de frijoles negros de Argentina.
Tampoco la administración de Miguel Díaz-Canel consigue hoy cubrir la demanda nacional de arroz. Siendo este uno de los alimentos más básicos y consumidos en la mesa de los cubanos, el régimen solo puede asegurar un 40 por ciento de lo requerido.
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