El científico cubano Ariel Ruiz Urquiola, quien se encuentra en su quinto día de huelga de hambre y sed en los alrededores de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, renuncia a cualquier tipo de atención médica o paramédica y apela a la eutanasia como derecho en Suiza.
Según declaró Urquiola, en estos momentos se encuentra sin medicamentos para el VIH que padece desde que el gobierno cubano se lo inoculara, según él mismo afirma y sostiene con pruebas.
Aseguró que a pesar de estar en huelga de hambre y sed se encuentra en buenas condiciones físicas.
El pasado 25 de junio en la carta que Urquiola entregara a la oficina de Naciones Unidas para reclamar su derecho a ser escuchado como víctima de la dictadura cubana, deja claro que "no estaba de acuerdo con recibir ningún tipo de asistencia médica ni paramédica hasta que la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos -si realmente funciona para los derechos humanos de las víctimas, porque yo no estoy aquí solo como un ciudadano cubano, sino como una víctima de la dictadura cubana- me dé la oportunidad de expresar, de explicar los crímenes de lesa humanidad que yo tengo certificados científicamente contra mi hermana Omara Isabel Ruiz Urquiola y contra mi propia persona", dijo.
"Si viene una ambulancia ahora como me hizo saber un doctor de origen chileno que también luchó contra la dictadura de Pinochet y de Bachelet, si viene la ambulancia que él la va a llamar, porque yo no llamé a nadie, yo a todo el mundo le digo que me siento bien, yo puedo sonreír, si ellos me llevan es una violación flagrante a mis derechos, porque en este país está permitida la eutanasia cuando se tiene una enfermedad incurable crónica que yo la tengo, y es el VIH, y ustedes saben perfectamente que los pacientes de VIH en Cuba no reciben los tratamientos adecuados, desarrollan Sida y mueren frecuentemente con canceres, sarcomas de kaposi y linfomas", aseguró el biólogo.
"Estoy claro de todo, tengo pleno juicio y conciencia de lo que hago y de lo que digo, así que espero que estos suizos médicos o paramédicos respeten la voluntad de los ciudadanos y de las leyes de la Confederación Helvética. Es lo que tengo que decir", añadió.
Por último, Urquiola pidió "libertad o liberación, pero no se puede vivir bajo el yugo ni un minuto más".
De acuerdo con la carta entregada por el científico a la organización de Naciones Unidas, la dictadura le inoculó una cepa del VIH, y le dio placebo en lugar de inmunoterapia a su hermana Omara Ruiz Urquiola, paciente de un carcinoma ductal infiltrante bilateral de mamas HER2+++.
"Mi único objetivo es que se me respete mi derecho a ser oído sin intermediarios en plenaria como víctima de crimen de lesa humanidad de tortura por parte de la dictadura cubana, cuyo “gobierno” ha sido reconocido como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU desde su creación en el 2006", sostuvo.
"Yo no estoy aquí para demandar a su gobierno, sino únicamente para exponer nuestros casos en sendas presentaciones ante los ciudadanos que aún creen en la ONU usando su plataforma plenaria", apuntó.
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