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El espía Gerardo Hernández Nordelo, jefe de la Red Avispa que operó en Estados Unidos hasta 1998, propuso a la máxima dirección de la inteligencia cubana registar las declaraciones anticastristas de artistas exiliados para que "nunca más pudieran poner un pie en la isla".
En un mensaje enviado a la Dirección de Inteligencia (DI) del Ministerio del Interior mientras dirigía la red de espionaje en el sur de Florida, Hernández se mostró molesto por las manifestaciones de figuras públicas en el exilio, como los músicos Maggie Carlés, Arturo Sandoval y Paquito D'Rivera, así como del presentador Camilo Egaña.
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“Yo no sé bien cómo funcione eso, pero me imagino que a los Sandoval, los Magie Carlés [sic], Paquito de Rivera [sic], Camilo Egaña... y todos los demás que lleguen aquí y lejos de mantener alguna dignidad se suman al “coro”, alguien allá se encargue de llevarle un récord de sus “caquitas”, para que por más tiempo que pase y por más que se incrementen los vínculos culturales, etc., nunca más puedan poner un pie en la isla”, pidió Hernández al oficial de contacto en la DI.
El mensaje inicialmente trataba los criterios del espía sobre cómo manejar la opinión pública de Miami desde Cuba. Pone ejemplos de circunstancias específicas y comenta dónde cree que hay puntos vulnerables que pueden ser utilizados para modificar acciones y pensamientos de la comunidad cubana en el exterior.
Sin embargo, Hernández no pudo terminar su reporte de seis páginas sin expresar, en una nota anexa, su deseo de mantener lejos de Cuba a quienes no están a favor del régimen.
“Una notica marginal: En los momentos de cerrar este correo estoy escuchando en la televisión a Arturo Sandoval, chillando porque le negaron la ciudadanía americana y según él detrás de eso está la mano de “Castro”, pues como su deserción fue “un bochorno” para el gobierno, le quieren hacer daño, etc, etc. Esto lo matiza con sus acostumbrados ataques al Comandante y recordando las veces que ha actuado para presidentes americanos…”, narró Hernández reafirmándose como defensor a ultranza de la figura de Fidel Castro.
Este hecho, al parecer, motivó en el espía el deseo de impedir que artistas exiliados cubanos puedan volver a la isla en el futuro.
En una línea de su mensaje, Hernández reconoce la existencia de estrategias diplomáticas entre ambos países por fortalecer las relaciones en el ámbito de la cultura y el desarrollo científico, pero se muestra contrario a que estas acciones propicien un retorno de los cubanos que manifiesten su rechazo al gobierno cubano,.
Muchos artistas cubanos han sufrido la lejanía y los dolores del exilio. A algunos se les prohíbe la entrada a la isla hasta la actualidad. Uno de los casos más conocidos por la comunidad cubana es el de la cantante Celia Cruz, que murió con el anhelo de poder volver a su tierra, y que ni siquiera pudo asistir a los funerales de su madre.
Específicamente las figuras a las que se refiere Hernández en su mensaje, Paquito D'Rivera, Arturo Sandoval y Maggie Carlés, no han vuelto nunca más a Cuba desde que abandonaron el país.
Otros artistas cubanos se han negado a actuar en la isla en tanto no ocurra un verdadero cambio político. Entre ellos está Willy Chirino, quien representa en su música el espíritu del exilio cubano y confesó que ha recibido propuestas de voceros del gobierno castrista para cantar en su país natal, pero las ha rechazado.
CiberCuba se ha propuesto mostrar el contenido de mensajes que fueron enviados por la red de espías desde Estados Unidos y que, a pesar de ya ser públicos, se han mantenido prácticamente desconocidos.
En el artículo más reciente de la serie Documentando la Red Avispa, una investigación del periodista Wilfredo Cancio Isla, se adjuntan 13 páginas vinculadas directamente a Hernández como principal figura en las operaciones realizadas entre 1994 y 1998. Entre esos documentos esta la "notica marginal" del jefe de la red.
En septiembre de 1998 el Buró Federal de Investigaciones (FBI) desintegró la Red Avispa, formada por, al menos, 27 oficiales y agentes cubanos en Estados Unidos. Estos ciudadanos eran monitoreados desde 1993 gracias a la cooperación de Edgerton Ivor Levy, quien fue enviado a Miami como integrante de la red, pero que a su llegada se puso al servicio de las autoridades estadounidenses.
Levy considera que la historia de la Red Avispa es asignatura pendiente para el propio pueblo cubano, que es víctima de la tergiversación y la censura sobre este caso.
La película recién estrenada en Netflix sobre la historia de los espías cubanos ha dado mucha visibilidad al tema, pero presenta una visión parcializada y omite detalles sustanciales sobre las operaciones de inteligencia encargadas a la red desde La Habana.
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