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La maquinaria propagandística del Gobierno cubano ha dedicado este fin de semana a intentar desacreditar al biólogo y activista Ariel Ruiz Urquiola, que el viernes denunció al régimen ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Primero fue un reporte en el oficialista Noticiero Nacional de la Televisión, donde la periodista Irma Shelton calificó de "mercenario" al científico y trató de restar legitimidad a su protesta pública.
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"Ariel Ruiz Urquiola intentó hablar este jueves a nombre del pueblo cubano en la sede de la ONU con el objetivo de desacreditar la obra de la revolución", dijo la reportera.
Por cierto, el medio independiente Periodismo de Barrio denunció que en su reporte el noticiero oficial había utilizado sus materiales sin cita ni autorización.
Luego, en un artículo publicado en el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista, el periodista Juan Diego Nusa Peñalver desgranó las acusaciones habituales contra cualquier opositor en la isla ("un mercenario construido por el Gobierno de Estados Unidos en contubernio con la extrema derecha de Miami") sin hacer referencia a la intervención de Ruiz Urquiola en la ONU ni al intento por acallarlo que unió al representante de la delegación cubana con diplomáticos de Venezuela, China, Corea del Norte y Eritrea.
Aunque Ruiz Urquiola, doctor en Ciencias Biológicas, lleva casi una década criticando los problemas medioambientales en Cuba, el rotativo oficialista asegura que "la maquinaria del Gobierno estadounidense lo convirtió en un supuesto militante ecologista y defensor de los derechos humanos".
Lo que no dice Granma es que, hace 18 años, en sus mismas páginas, se elogió la labor científica e investigativa de ese mismo biólogo al que ahora intentan denostar por su activismo. En un extenso reportaje de Orfilio Peláez, "Cruzada para salvar especies", publicado el 15 de febrero del 2002, puede leerse que el investigador, junto con un grupo de estudiantes de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana, usó sus conocimientos "en la proyección de una futura estrategia dirigida a intentar salvar buena parte de la biodiversidad nacional".
El reportaje analiza en detalle la investigación de Ruiz Urquiola sobre especies endémicas de lagartos en la zona de Pinar del Río, y elogia su pasión científica y su trabajo de conservación ecológica.
"Para Ariel los estudios acerca de la biología de estos raros lagartos, incluido su completo ciclo reproductivo y otros elementos relacionados con su alimentación y hábitos de conducta, fueron decisivos en el diseño de futuras estrategias de manejo y conservación en áreas naturales pilotos", asegura el artículo de Granma.
"Tanto se apasionó Ariel con los chipojos, que en su propio cuarto creó las condiciones necesarias para lograr de manera exitosa la reproducción en cautiverio de varias decenas de individuos", agrega el reportaje, que no escatima encomios para el entonces joven investigador.
Años después, luego que el científico haya alzado la voz contra las constantes violaciones del régimen, Granma se hace eco de la versión del Gobierno, y asegura que dos agentes del Cuerpo de Guardabosques de El Cuajaní, donde está la finca de Ruiz Urquiola, descubrieron que el biólogo "había talado seis palmas reales en perfecto estado".
La realidad es que en 2016, después de adquirir el derecho a cultivar la tierra en una finca del municipio Viñales, en Pinar del Río, Ruiz Urquiola comenzó un proyecto ambiental con su familia y amigos para preservar especies y desarrollar proyectos agrícolas sostenibles. Enseguida su labor cayó en la mira de la Seguridad del Estado que se dedicó, con ayuda de varios campesinos del lugar, a preparar operaciones de acoso y diversos actos vandálicos reportados en su momento para encausarlo y quitarle el terreno arrendado.
Fue así que se produjo el incidente del 3 de mayo de 2018, cuando dos guardabosques visitaron el terreno en busca de permisos gubernamentales para la construcción de una valla, tala de árboles y para la posesión de una motosierra. Los modos de estas autoridades le recordaron a Ruiz Urquiola la figura pre-revolucionaria del guardia rural, y así se lo hizo saber a los guardabosques, que a su vez lo acusaron ante la policía.
El biólogo fue excarcelado en julio de 2018 bajo una "licencia extrapenal", después de una huelga de hambre.
Pese a las vergonzosas interrupciones sufridas el viernes, Ruiz Urquiola pudo pronunciar íntegramente su discurso en las afueras del edificio y denunció que los médicos de la Isla "son enviados por el Gobierno a trabajar al extranjero en condiciones desventajosas, violando el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos".
También reiteró su acusación de haber sido inoculado con VIH en el Hospital Provincial de Pinar del Río durante su encarcelamiento.
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