Vídeos relacionados:
Senadores demócratas han bajado las expectativas sobre el ambicioso plan migratorio del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien impulsa un proyecto de ley para dar la ciudadanía a 10 millones de indocumentados en el país.
En resumen, han dicho que si surge algo será probablemente "mucho más modesto" que lo ideado por el mandatario, quien en su primer día en la Casa Blanca envió al Congreso una propuesta de reforma migratoria llamada U.S. Citizenship Act (Ley de Ciudadanía Estadounidense), que ha sido calificada como "la más progresista en la historia" americana.
Lo más leído hoy:
El canal Telemundo 51 recuerda que este asunto se ha resistido a grandes acciones del Congreso desde la década de 1980.
Los demócratas afirman que el plan del presidente es "aspiracional" y "titánico", indicando que será casi imposible sacarlo adelante íntegramente.
Richard Durbin, senador demócrata por Illinois, declaró en una entrevista que el paquete que tiene más posibilidades de ser aprobado sería el que involucra a un millón de inmigrantes que llegaron al país siendo niños, conocidos como "dreamers".
"Entendemos la realidad política de un Senado 50-50 (y) que cualquier cambio en inmigración requerirá cooperación entre las partes", señaló.
Por su parte, el senador demócrata de Nueva Jersey Bob Menéndez, quien tendrá un rol destacado en este proceso, consideró que aprobar la reforma migratoria en el Senado 50-50 "es una tarea titánica".
El viernes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, también afirmó que el nuevo gobierno espera que el plan del presidente sea "la base" para las discusiones migratorias en el Congreso, pero el tono cauteloso de su mensaje deja muchas dudas sobre si el esquema propuesto por Biden tendrá un camino viable a pesar de los escollos.
Telemundo señala que algunos expertos en migración han reconocido que el tema será difícil y habrá que conformarse con pequeñas victorias parciales.
El director ejecutivo del grupo proinmigrante America's Voice, Frank Sharry, dijo que lograr que 11 millones de inmigrantes obtengan la ciudadanía del país "está en la cima de la montaña", pero afirmó que se conformarían con las "victorias e impulso" que se adquieran caminando hacia esa cima.
De momento, el presidente firmó una orden ejecutiva que frenó por 100 días las deportaciones de cientos de inmigrantes indocumentados, mientras se revisan las políticas y el sistema de control de inmigración.
"Durante 100 días, a partir del 22 de enero de 2021, el DHS suspenderá las deportaciones de cientos no ciudadanos cuya deportación haya sido ordenada", detalló el comunicado que anunciaba la medida.
Esto, agregaba, para "garantizar" que Estados Unidos tenga "un sistema migratorio justo y eficaz centrado en proteger la seguridad nacional, la seguridad fronteriza y la seguridad pública".
Para ser aprobado, el ambicioso plan de Biden no solo debe contar con el respaldo de la Cámara de Representantes, sino que en el Senado requiere al menos 60 por ciento de los votos.
Aunque la iniciativa no se apruebe de inmediato y atraviese numerosos escollos en el Congreso estadounidense, es vista como un paso crucial para regularizar el estatus migratorio de más de 10 millones de indocumentados en el país; y como un revés a las políticas migratorias de línea dura implementadas por Donald Trump.
Archivado en: