La prensa oficialista cubana ponderó las virtudes del food truck del hotel Parque Central como una opción gastronómica que puede ser disfrutada por los clientes “sin cola ni matazón”.
“En la boca de muchos ya está la noticia. Cada día, desde las diez de la mañana hasta las cuatro de la tarde, en esa dirección parquea un camión con el mejor estilo retro de los años 40. Su menú de pollos, cerdos, hamburguesas y otras variantes de comida rápida, atrae a una clientela que, sin cola ni matazón, acude a probar los deducidos estándares culinarios de la cadena Iberostar y su “posada” cinco estrellas plus”, publicitó el artículo de Bohemia.
Asimismo, glosó las virtudes de la iniciativa sin reparar en el contraste entre una oferta “chic” -que es tendencia en los países desarrollados- y la realidad de un país en crisis, cuyos ciudadanos tienen que hacer grandes colas a diario para comprar, si alcanzan, los productos de primera necesidad.
Tampoco importó el precio de la oferta del food truck, que oscilan entre los 25 pesos en Moneda Nacional por una marquesita y los 750 por un "combo" de pollo. En redes sociales muchos cubanos criticaron el precio de "combos" que van de los 550 a los 750 pesos. El más caro incluye tres raciones de pollo entero de 1.4 kg y dos pomos de refresco de un litro y medio.
“Aunque a algunas personas les parece oneroso su precio en general, a otras les resulta económico en comparación con negocios gastronómicos del sector cuentapropista”, consideró la revista fundada en 1908. El food truck del hotel Parque Central no es el único en Cuba, según Bohemia. También el hotel Meliá Habana inauguró uno centrado en cocteles, y los hoteles Comodoro y Cohíba también poseen vehículos similares.
“No es vender comida por vender, sino hacerlo con una imagen que sea identificativa del hotel, que sea atractiva y cumpla con las normas ecológicas pertinentes”, explicó José Luis Ayala, subdirector general del hotel Parque Central y autor de una tesis defendida en 1991 sobre la influencia de la comida cubana en el turismo.
Una vez se aprobó la inversión por la empresa mixta Amanecer Holding S.A. -propietaria de Parque Central (Iberostar es la administradora)-, se encargó la importación del camión y este llegó a Cuba en el punto álgido de la covid-19, a finales de 2020, según reseña la revista.
“Bajó mucho el nivel de turismo. Nos vino muy bien tener este tipo de servicio, porque ahora mismo, en la etapa que estamos de la pandemia no podemos tener esa afluencia de turistas foráneos”, admitió Ayala a Bohemia. “Entonces, vinculamos la oferta con el segmento del mercado local. De los precios, no podemos decir que son baratos, ni muy altos. Hicimos un estudio y buscamos un balance entre la calidad de la oferta y el precio: algo que el cliente fuera a aceptar”.
“Es diferente, pero hasta mucho mejor”, valoró un empleado del hotel con años de experiencia como chef de su restaurante cinco tenedores. “Primero, porque [los clientes] hablan nuestro idioma. Segundo: tienen nuestros mismos gustos. Es lo que yo sé comer. Lo que comen mis hijos”, afirmó.
“Se nos va la vida en colas", se quejó recientemente una cubana en un video grabado en una cola para comprar productos en un establecimiento comercial del reparto Flores. "¿Hasta cuándo es esto?", preguntó indignado un cubano en redes sociales mientras compartía imágenes de una cola impresionante para comprar alimentos en un reparto habanero."¡Qué falta de respeto! Miren cómo amaneció hoy en el Bahía, solo por perrito y cerveza", manifestó.
“La esencia del food truck es acercar la oferta a los puntos donde hay demanda de un servicio ágil y de una comida que, no hace falta que sea muy específica, sino que sea atractiva”, señala Jorge Sáez Parra, el director español de la iniciativa y manager del hotel Iberostar Parque Central. “Te da flexibilidad: como un restaurante con ruedas, para tú ir a donde están los clientes, no que los clientes vengan a ti. Ese es su atractivo”.
La ignorancia de la realidad cubana podría entenderse -que no- en el caso del empresario español, pero que la revista Bohemia, cuyos periodistas viven como los cubanos de a pie, alabe en un artículo las virtudes de un food truck “sin colas ni matazón” es más difícil de asimilar. Quizás por eso Cubadebate prefirió replicar el artículo de Bohemia quitando, al menos, el sustantivo “matazón”.
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