Una jueza federal de Estados Unidos condenó a Gustavo Hernández Frieri a casi cuatro años de cárcel, por su participación en un fraude para malversar 1.200 millones de dólares de la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Los fiscales buscaban una sentencia mucho más dura, argumentando que el acusado los engañó sobre sus activos y negocios, después de declararse culpable en 2019 de un solo cargo de asociación ilícita para blanquear dinero, pero la jueza Kathleen Williams sentenció que, el papel de Hernández Frieri en la asociación ilícita, no justificaba petición fiscal de casi 10 años porque no estuvo involucrado en el plan original de sobornos.
Aunque la jueza reprendió al condenado por faltar a su promesa, que hizo como parte de su acuerdo de culpabilidad, de ayudar a los fiscales a localizar y confiscar 12 millones de dólares en activos, el equivalente a la cantidad que manejó como testaferro de un ejecutivo corrupto de la gigante petrolera venezolana PDVSA, según un cable de AP.
Hernández Frieri, colombiano y abogado de profesión, es el segundo condenado en la operación Money Flight, una investigación importante sobre sobornos a funcionarios del gobierno del presidente Nicolás Maduro para desviar miles de millones de PDVSA, a través de fraudulentos acuerdos de divisas.
Los abogados de Hernández Frieri argumentaron que había tenido una vida significativa, dedicada en parte a la filantropía, hasta que un informante que trabajaba bajo la dirección de investigadores federales estadounidenses se le acercó para mover fondos a nombre de Abraham Ortega, un funcionario de PDVSA que aceptó sobornos y quien también se declaró culpable.
Ortega, que debe ser condenado la próxima semana, como director ejecutivo de planificación financiera de PDVSA, permitió que miembros de la organización ilícita transfirieran ganancias a través de préstamos falsos, aprovechando la amplia brecha en Venezuela, entre la tasa de cambio oficial y la del mercado negro.
Algunas de las ganancias de los sobornos fueron transferidas a cuentas en la Colombia natal de Hernández Freiri por la firma Global Security Advisors, que manejó con su hermano y un excuñado y que entró en liquidación, tras el arresto del ya condenado.
Alrededor de 2 millones de dólares de los sobornos pagados a Ortega se invirtieron en una importadora de vino italiano con sede en Manhattan, donde Hernández Freiri también era un inversor llamado Domaine Select Wines & Spirits que, e año pasado,cambió su nombre por el de Trinity.
Hernández Frieri manejó menos del uno por ciento de los 1.200 millones de dólares identificados como parte de la operación Money Flight, pero parte de los fondos depositados en su empresa, Global Security Advisors, procedían de una cuenta encubierta controlada por el gobierno de Estados unidos.
“Esto no es el núcleo del lavado de dinero”, dijo el abogado defensor Michael Pasano, mientras la jueza Williams reconoció la cantidad de cartas recibidas, destacando el trabajo del acusado en Techo, una organización sin fines de lucro dirigida por jóvenes que construye viviendas para personas de bajos ingresos en América Latina, a la que Hernández, como vicepresidente de una filial estadounidense del grupo, amplió la capacidad de recaudación de fondos de la entidad humanitaria.
Los fiscales se quejaron de que mientras estuvo en libertad condicional, los informes mensuales de Hernández Freiri sobre la actividad posterior a su detención no mencionaban los tratos con Raj Bhakta, un antiguo concursante de The Apprentice, un programa de telerrealidad que, en su día, protagonizó el expresidente Donald Trump.
Hernández Freiri cayó preso en Italia, mientras disfrutaba vacaciones veraniegas en 2018, en la suite presidencial de un hotel de lujo, donde fue detenido por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que lo describió en su expediente como un “lavador de dinero profesional”.
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