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Un grupo de diplomáticos estadounidenses y otros funcionarios del gobierno de EE.UU. que padecen los síntomas del llamado "síndrome de La Habana" han expresado su frustración con la respuesta recibida de la Administración Biden y advierten que a muchos de los empleados lesionados todavía se les niega una atención médica adecuada, informó este miércoles NBC News.
En una carta dirigida al Departamento de Estado, obtenida por la cadena noticiosa norteamericana, los funcionarios aseguraron que en los últimos meses el gobierno ha continuado "rechazando la evidencia científica con respecto a las lesiones y las necesidades de tratamiento" e "invalidando nuestras lesiones y experiencias", mientras alegan que militares y agentes de inteligencia afectados por el mismo (y, hasta el momento, inexplicable) fenómeno están recibiendo mejor atención.
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"Después de cuatro años de desafíos, teníamos la esperanza de que la nueva administración acogería con agrado una reunión con nosotros para garantizar que los afectados reciban la atención y el tratamiento que necesitan y garantizar la atención adecuada para los nuevos casos", escribieron los miembros del personal diplomático. "Desafortunadamente, nuestra experiencia hasta ahora no ha estado a la altura de nuestras renovadas expectativas".
La carta se suma a la creciente presión sobre la Administración Biden por parte del Congreso para que cuide mejor a los trabajadores estadounidenses afectados e investigue cómo sufrieron las lesiones cerebrales. Más de cuatro años después de que el gobierno comenzara a investigar lo que al principio llamó "ataques dirigidos", aún EE.UU. no ha encontrado una causa ni un culpable definitivo del síndrome.
La carta fue enviada el martes a Brian McKeon, subsecretario de Estado, y está acompañada de 11 recomendaciones sobre cómo los empleados creen que la administración podría garantizar mejor la seguridad y la atención médica de sus trabajadores. Copias de la misiva se repartieron también a varios senadores estadounidenses que este mes firmaron un proyecto de ley bipartidista para brindar apoyo financiero a las víctimas de los misteriosos incidentes.
La carta fue enviada en nombre de 21 trabajadores del gobierno de EE. UU. y sus cónyuges, que se consideran casos potenciales o confirmados del "Síndrome de La Habana", incluidos varios casos en Cuba y China. En marzo, el grupo le había pedido a Pamela Spratlen, la funcionaria que supervisa la respuesta del Departamento de Estado a este asunto, coordinar una reunión formal para abordar sus preocupaciones, pero aseguran que todavía están esperando.
"La continua negativa de los líderes del Departamento de reunirse y escuchar directamente a su personal lesionado es desalentadora", escriben.
NBC News no quiso publicar los nombres de los firmantes, muchos de los cuales no han sido identificados públicamente, pero sí confirmó la autenticidad de la carta con varios de los firmantes.
"El liderazgo del Departamento está al tanto de la carta y espera discutir su contenido con todas las partes relevantes", dijo a la agencia noticiosa un portavoz del Departamento de Estado. "No tenemos mayor prioridad que la seguridad y protección del personal estadounidense, sus familias y otros ciudadanos estadounidenses".
En su lista de 11 solicitudes a la administración, el personal diplomático pide que las evaluaciones y la atención médica para todos los trabajadores nuevos o potencialmente lesionados se centralicen en el Centro Médico Militar Nacional "Walter Reed", donde se han tratado algunas lesiones recientes. En los primeros años después de que surgieron los incidentes, el gobierno envió a varios afectados a la Universidad de Miami y luego a la Universidad de Pensilvania, creando una mezcolanza inconsistente de tratamientos y regímenes de prueba.
La carta también insta a la actual administración a aumentar las opciones de diagnóstico y tratamiento para los niños afectados por el síndrome, garantizar el monitoreo a largo plazo de los trabajadores lesionados y realizar pruebas de referencia a los diplomáticos antes de que sean enviados al extranjero, algo que el gobierno de Canadá está haciendo ahora a raíz de los inexplicables incidentes y posteriores denuncias de sus diplomáticos afectados.
También quieren que el Departamento de Estado trabaje más de cerca con el Pentágono y otras agencias en el desarrollo de "dispositivos de identificación" para posibles incidentes y que brinde a los empleados afectados algún tipo de reconocimiento formal de sus lesiones.
Aunque muchos diplomáticos que el Departamento de Estado afectados por el síndrome en Cuba recibieron cartas del FBI u otra documentación oficial del Departamento de Estado confirmando sus lesiones, otros trabajadores lesionados más tarde en otros países han tenido que emprender lo que califican de "agotadora lucha" por obtener compensación para trabajadores u otros beneficios y cuidados.
Los incidentes han ido ampliando su alcance con nuevos informes de lesiones en Rusia, Europa Occidental e incluso en los Estados Unidos, cerca de la Casa Blanca. Las últimas cifras hablan de más de 130 personas afectadas en todo el mundo.
El mes pasado, los líderes republicanos y demócratas del Comité de Inteligencia del Senado emitieron una declaración conjunta en la que calificaron los incidentes de "ataques debilitantes" y advirtieron que "este patrón de atacar a nuestros conciudadanos que sirven a nuestro gobierno parece ir en aumento".
Varias agencias de inteligencia de EE. UU. consideran a Rusia como el principal sospechoso. Tanto Rusia como Cuba han negado rotundamente su participación en ningún tipo de ataques.
El año pasado, un estudio encargado por el Departamento de Estado a la Academias de Ciencias de Ee.UU. encontró que las lesiones eran compatibles con la energía de microondas dirigida, lo que fomenta la sospecha sobre un arma desconocida de microondas.
Varios diplomáticos canadienses y sus familias también sufrieron lesiones cerebrales similares en La Habana, lo que ha llevado a Ottawa a recortar su presencia diplomática en Cuba. A principios de mayo, un grupo de diplomáticos canadienses había enviado a su gobierno una carta acusándolo de retener información sobre nuevos casos de lesiones cerebrales resultantes del "Síndrome de La Habana".
En respuesta el martes a la nueva carta de sus empleados, el Departamento de Estado dijo que el secretario de Estado Antony Blinken está recibiendo actualizaciones periódicas sobre la situación y ha "dejado claro que esta es una prioridad para él".
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