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La activista Carolina Barrero describió una experiencia vivida en la noche del sábado pasado que refleja la inconformidad que empieza a germinar en la sociedad civil bajo la forma de protestas aisladas, pero que resultan significativas del hartazgo de la población cubana.
“Hace tres noches alguien desde la esquina de mi casa se sentó a gritar acerca de la libertad. La policía, extrañamente, no vino. Gritamos así un poco juntos antes de que se fuera. Una de las cosas que dijo no la olvidaré jamás: el cobarde muere muchas veces, el valiente solo muere una vez”, relató la historiadora del arte en un post publicado en Facebook.
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El hecho de que una persona protestase a voz en cuello en la esquina de la casa de Barrero, que habitualmente se encuentra vigilada por la Seguridad del Estado, es elocuente del diferente estado de ánimo de los ciudadanos en relación con la exigencia de sus derechos y libertades.
Reservado a los opositores manifiestos y a los pacientes psiquiátricos, el impulso de salir a expresar los pensamientos críticos o contestatarios en la vía pública ha sido uno de los más reprimidos en el inconsciente colectivo de la ciudadanía cubana. El miedo y la represión han sido suficientemente eficaces como para disuadir a buena parte de la sociedad civil de reivindicar sus derechos en público.
Desde los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) hasta el ministerio del Interior (MININT), la vigilancia y la presión sobre quienes piensan diferente y se expresan libremente ha sido uno de los mecanismos de control y coacción más efectivos que han disuadido a los cubanos de atreverse a manifestarse abiertamente por sus derechos.
Sin embargo, el testimonio de Barrero destaca un hecho aislado, pero sintomático del despertar del civismo de los ciudadanos cubanos que ven en la falta de libertades y la represión del régimen las causas de una situación económica y social crítica, generadora de un malestar evidente que empieza a manifestarse a medida que se hace mayoritario y vence al temor de las represalias.
La anécdota de Barrero destaca el hecho de que no apareciese la policía en una escena donde dos o más personas protestaban por la falta de libertades en el país. La estrategia de silenciar a la sociedad civil mediante el despliegue de operativos de vigilancia, amenazas y represión, empieza a colapsar frente a una realidad donde la inconformidad ciudadana crece y cada día son más los cubanos que expresan sus deseos de cambio abiertamente.
“Si mal no recuerdo, es una cita de William Shakespeare”, señaló un internauta en los comentarios al post de Barrero, refiriéndose al grito que llamó la atención de la activista. “Pienso que se refería a que, la cobardía te hace morir muchas veces, mientras que el valiente prefiere morir una solo vez por una buena o noble causa”, indicó Vladislav Ivanov en su comentario.
“Así es Vladislav Ivanov. Gracias. Está en Julio César: ‘Cowards die many times before their deaths; the valiant never taste of death but once’. William Shakespeare”, respondió Barrero al comentario del usuario, dejando ver el detalle de un ciudadano cubano que se remite a los clásicos de la literatura universal para denunciar a una dictadura y la pasividad de los que se someten a ella sin enfrentar sus injusticias y su falta de legitimidad.
Precisamente, por no ser una ciudadana amordazada por el miedo y el terrorismo de Estado de un régimen totalitario, Barrero sufre en carne propia la represión y la coacción constante de sus esbirros.
Su vinculación a las acciones pacíficas y cívicas del Movimiento San Isidro y el 27N le han llevado a ser detenida en múltiples ocasiones, de forma arbitraria y en ocasiones violenta. Barrero ha conocido los calabozos del régimen y las prácticas vejatorias e intimidatorias de sus represores.
Recientemente, fue detenida junto a Luis Manuel Otero Alcántara cuando se disponían visitar a la reportera de CiberCuba Iliana Hernández, quien cumplía 59 días bajo arresto domiciliario de forma arbitraria. “Parece que la solidaridad también está penalizada”, comentó la activista en sus redes sociales.
"No existe medida cautelar, ni auto de fiscal que lo explique. Iliana no tiene siquiera una denuncia o un proceso penal abierto", subrayó Barrero, quien pocas horas después recibía una citación policial relacionada con una medida cautelar que se le había impuesto por el delito de ‘desacato’, presuntamente cometido, según las autoridades, cuando salió a la calle a reclamar la libertad de los activistas detenidos durante la manifestación de la calle Obispo.
"No me lo anuncien, no me amenacen, si no liberan a los manifestantes de Obispo, a Maykel Castillo, a todos los presos políticos y de conciencia, me pueden llevar a prisión provisional con ellos", respondió Barrero a las amenazas de la Seguridad del Estado.
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