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La Casa Blanca rechazó este lunes subir el impuesto federal a la gasolina para financiar el ambicioso plan de infraestructura propuesto a comienzos de abril por el presidente Joe Biden y que pretende embeber con dos billones de dólares la economía estadounidense.
Ante semejante inyección de liquidez, el debate entre demócratas y republicanos se ha inclinado hacia temas económicos y de la hacienda pública, ocupando los impuestos una parte importante del mismo.
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Tras el anuncio de su plan de infraestructuras, los legisladores han estado negociando para determinar de dónde provendrán los dólares para financiarlo. Este lunes se conoció que estos no saldrán de un aumento del impuesto federal a los carburantes, según Telemundo51.
Actualmente, el impuesto federal a la gasolina es de 18.4 centavos por galón, al que se suman gravámenes adicionales en cada estado. La Casa Blanca insiste en que no contempla un alza de los impuestos a los contribuyentes con ingresos por debajo de los 400 mil dólares anuales, para destinarlos a financiar el plan de infraestructuras de la administración Biden.
“Una idea que ha estado flotando que, desde luego, el presidente no respaldaría es una tasa a la gasolina, que incrementaría los impuestos en la gente que gana menos de $400,000 al año”, señaló la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki. Esta idea “no la vamos a aceptar", remarcó Psaki.
Después de algunos intentos fallidos, las negociaciones del plan de infraestructura -llevadas adelante por once senadores republicanos y nueve demócratas- han puesto sobre la mesa una nueva propuesta, menos ambiciosa. De aprobarse, se destinaría la mitad del presupuesto anunciado por Biden (1 billón de dólares) a la renovación de carreteras, puertos, aeropuertos y acceso a banda ancha de internet.
Con el precio más alto alcanzado desde noviembre de 2014, el galón de gasolina regular sin plomo en el estado de Florida llegó a alcanzar la semana pasada los 2.97 dólares. “Ahora cuesta 2 dólares más que hace una semana llenar un tanque de gasolina de 15 galones”, dijo el portavoz de la Asociación Estadounidense del Automóvil (AAA por sus siglas en inglés), Mark Jenkins.
No obstante, Florida todavía paga por debajo del promedio nacional de $ 3.08 por galón. Con el aumento de personas inmunizadas y, por tanto, de los desplazamientos laborales y de ocio, se preveía un aumento del precio de la gasolina como el que se está verificando en estos días. La demanda de gasolina en Estados Unidos ha aumentado durante cuatro semanas consecutivas, según datos de portales especializados.
Ante este panorama, el senador Bernie Sanders, representante del ala más progresista del partido demócrata, también mostró su oposición a la subida del impuesto a los combustibles. Asimismo, se desmarcó de la aplicación de una tasa sobre los vehículos eléctricos o la privatización de algunas infraestructuras, al asegurar en una entrevista en la cadena CNN que se tratan de “propuestas que no apoyaría”.
Por su parte, la Casa Blanca insiste en sacar adelante el plan de infraestructura de Biden y lo argumenta con datos. En un documento de mediados de abril, la administración realizó un desglose estado por estado donde se muestra la situación de carreteras, puentes, red eléctrica y asequibilidad de las viviendas en cada región del país, con el fin de destinar 2,3 billones de dólares para la modernización de estas infraestructuras.
El desglose sugirió que gran parte de la infraestructura nacional no es segura para los vehículos, al tiempo que destaca los costos de los eventos climáticos extremos que se han vuelto más frecuentes en los últimos tiempos, así como los puntos muertos para la banda ancha y la escasez de opciones de cuidado infantil.
“Durante décadas, la infraestructura en Florida ha sufrido una falta sistémica de inversión. La necesidad de actuar es clara”, mencionaba la hoja informativa de la Casa Blanca, recalcando que “Florida necesita miles de millones para carreteras, agua, vivienda y más”.
El impuesto federal a la gasolina en EEUU, que no ha cambiado desde 1993, no será en esta ocasión el que sufra un alza para financiar un necesario pero costoso plan que pretende servir de catalizador para el despegue económico de Estados Unidos.
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