La activista e historiadora de arte Carolina Barrero inició este sábado un ayuno voluntario para exigir la libertad de los presos políticos en Cuba, especialmente los detenidos tras las manifestaciones pacíficas del 11J, del 30 de abril en la calle Obispo y del 4 de abril en San Isidro.
“Desde el amanecer de hoy, 2 de octubre, comienzo un ayuno voluntario en protesta por los cientos de presos que el régimen mantiene en prisión por ejercer su derecho al libre pensamiento y a la libre manifestación”, afirmó la activista en un post publicado en Facebook.
Entre 800 y más de mil ciudadanos cubanos se encuentran tras las rejas por expresar sus ideas políticas contrarias al régimen cubano, señaló Barrero. “Las cifras no son exactas, solo es exacta la opacidad, la incólume torpeza de los informes oficiales”, denunció.
El OCDH ha documentado más de 1,300 detenciones arbitrarias ocurridas a partir de las protestas del 11 de julio o relacionadas con estas. La cifra, resultado del trabajo de activistas en Cuba y en la emigración, así como de la recopilación de denuncias públicas, es apenas una aproximación a la realidad.
“Se nos queda por fuera mucha gente por la envergadura popular de los acontecimientos y también porque el régimen se ha encargado de decirles a los familiares que no denuncien que no cuenten lo que está pasando”, aclaró a principios de septiembre Yaxis Cires, director de Estrategia del OCDH y coordinador de Cuba Humanista.
Gracias a la gestión de la sociedad civil, los cubanos tienen algo de información sobre los detenidos, un asunto que tiene a miles de familiares en vilo y con una creciente sensación de desprotección que refuerza su animadversión hacia las autoridades cubanas que, además de reprimir a manifestantes pacíficos como una vía de lidiar con las diferencias, se ha mostrado altamente ineficaz en la gestión de la situación epidemiológica provocada por el coronavirus en Cuba.
“Lo que sabemos, lo conocemos por el esfuerzo de la sociedad civil, que con esmero se ha preocupado de registrar y conocer en profundidad cada caso, de atender a las familias como no lo ha hecho el Estado, que sí ha dejado hijos sin madre, madres sin hijo, familias sin padres, ni sustento”, indicó la historiadora, una figura relevante entre los activistas cubanos por sus agudos análisis y su sofisticado a la par que diáfano discurso.
Barrero resaltó que, desde hace cinco días, “el artista Luis Manuel Otero Alcántara está plantado en la prisión de Guanajay, en huelga de hambre, y que por ello ha sido trasladado a una celda de castigo”.
La también curadora e integrante del grupo de la sociedad civil conocido como 27N, ha sido una de las voces más solidarias con el líder del Movimiento San Isidro (MSI), así como con los artistas, periodistas y activistas vinculados a esta otra agrupación de la sociedad civil.
Con su huelga de hambre en reclamo de la liberación de los presos políticos, Barrero se suma al ayuno voluntario anunciado este jueves por la poeta y activista Afrika Reina, quien también exigió la liberación de “sus hermanos” del MSI, Luis Manuel Otero y Maykel Osorbo.
“Comienzo este ayuno en mi condición de presa y de ciudadana con un reclamo muy claro: la liberación de los manifestantes del 11J, del 30 de abril, del 4 de abril en San Isidro, y de todos los que de alguna manera se encuentran presos por disentir con el régimen”, resaltó la activista.
Tal y como declaró, su protesta es un gesto pacífico, voluntario, consciente y sereno. “No llevaré mi protesta más allá de los límites de mi cuerpo. No competimos con la muerte, ni acumulamos sórdidos los días, más sí protestamos”, aseguró la joven, informando que durante ese tiempo solo tomará agua suficiente y té.
Su protesta “no constituye un reto a la muerte, sino un elogio a la vida, a la vida plena en libertad”, explicó la joven huelguista de hambre. “En estos momentos me encuentro en mi casa familiar, junto a mi padre que me acompaña, por lo que, en ningún caso, nadie está autorizado a irrumpir a la fuerza en nuestro domicilio”, advirtió.
“Nuestra lucha es contra el autoritarismo, y en ese porvenir, lo primero será prescindir de la exclusión de los que piensan diferente. Hoy a todos nos une, a pesar de las diferencias, un mismo reclamo por la libertad de los presos, que es lo mismo que pedir por la libertad de pensamiento, conciencia, expresión, manifestación y asociación”, defendió Barrero.
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